jueves, 30 de enero de 2014

Mine forever.-Capítulo 17

Me dejaron pasar cuando se puso más estable, pero seguía inconsciente. Entré a su habitación y le tomé la mano.
-Amor, te juro que no quería que esto pasara, jamás lo imaginé, me arrepiento tanto. No importa nada ya, no te vayas por favor, quédate conmigo, te necesito, prometiste que estaríamos juntos por siempre, ¿recuerdas? Es muy pronto para partir, nos queda mucho por vivir, todavía no te dije lo mucho que te amo, no te he demostrado nada. Vivir sin ti es lo mismo que morir, por favor, solo despierta para que sigamos esta historia...Si tan solo pudiera volver el tiempo atrás...Perdóname.-dije con la voz quebrada y rompí en llanto.-Una mirada, una sonrisa, te quiero ver feliz. Cargaré toda mi vida con esta culpa, no quise hacerte daño. Lo daría todo por ti, y ahora te estoy perdiendo. En un instante podría quedarme sin nada, porque tú lo eres todo, hazlo por mí, por nosotros, vuelve...-seguí lamentándome.
De repente sentí un apretón en la mano y alcé la vista, dejando ver mis ojos rojos y llenos de lágrimas. Su otra mano acarició mi cara para secarme, mientras me dedicaba una sonrisa.
-Estás bien.-dije alegrada.
-Gracias por estar, y perdón por lo que hice mal, no quería...
-No, no, todo está bien, exageré, yo hice mal. No confié en ti, y mira cómo estás por mi culpa.
-De lo único que te culpe es de que me haces amarte. Y debe ser la mejor forma de culpar a alguien. Ya, sonríe, no mereces llorar por mí. Estoy aquí por decisión propia, te dije que sería capaz de darlo todo por ti.
-Nunca voy a dejarte, eres lo más lindo de mi vida.
Pude besarlo después de sentir tanto miedo y tanta culpa.
Luego de observaciones y mucho reposo, mi novio fue dado de alta del hospital y pudo volver a su vida normal.
Estaba yendo todo bien, éramos la misma pareja tan unida de siempre. Era viernes por la noche y nos encontrábamos con Taylor en la plaza en frente de mi casa.
-¿Qué harás hoy?-le pregunté a Taylor.
-No lo sé, creo que saldré con Jason y otros amigos, ¿tú?-contestó.
-Pues, nada, Sophie vendrá para una noche de películas.
-Qué bien.-dijo.-Oye, ya debo irme, pero mañana hablamos, ¿si?-dijo tocándome suavemente la mejilla.
-Claro que sí.-le dije y le di un beso.
Lo acompañé hasta la puerta y se fue. Luego vino Sophie con una película de miedo, una comedia y una romántica, de esas que terminan mal. Primero vimos la comedia, y cuando terminó, le hice una repentina pregunta:
-Oye, ¿y Matthew?
-¿Qué pasa con él?-me dijo.
-Pues, ¿qué ha pasado? No me contaste.
-Nada, lo de siempre, creo que no es para mí.
-Vamos...-dije agarrando mi teléfono.
-No ha pasado nada.
Corté la conversación para enviarle un mensaje a mi amigo Michael, diciéndole lo siguiente:
'NECESITO QUE ME AYUDES CON MATTHEW Y SOPHIE.'
Respondió rápidamente.
'VENGAN ESTA NOCHE AL DRAMA CLUB.'
El Drama Club era una discoteca para mayores de 16, muy concurrida por su canilla libre, por lo que yo sabía que era ilegal. Yo tenía 15, pero qué más daba.
-Sophie, cámbiate, no habrá noche de películas.-le dije.
-¿Qué?-gritó con frustración.
-Lo que has oído, iremos al Drama Club.
-Pero...-dijo con ansias de terminar la frase.
-Pero nada, te cambias.
Como una niña enojada por el castigo de sus padres, se levantó rameando los brazos, sin despegar los pies del suelo para caminar y se fue a mi cuarto.
Yo me puse un short de lentejuelas negras, una remera blanca traslúcida con un bandó negro debajo y unos tacones negros. Mi amiga usó una pollera corta color fucsia y una camisa sin mangas, llevando en los pies unos suecos negros. Fuimos al Drama Club y al entrar, rápidamente, busqué con la mirada a Michael y sus amigos. Lo encontré y lo saludé, junto a Sophie, que al ver a Matthew se quedó asombrada. Agarré a Michael y lo llevé al patio del club, donde iban todos para charlar con menos ruido.
-Deberías decirle algo sobre Sophie a Matthew.-le dije.
-Pues lo haré, ve y baila con ella en nuestra ronda de amigos y le diré algo para que llame su atención.-respondió.
De repente vi a Taylor mirándome fijamente, no sabía que él iba a venir al Drama Club y yo le había dicho que no saldría esta noche.
-Bien, ya voy, pero primer debo hacer algo.-dije y me fui hacia donde estaba mi novio.
-Hola.-le dije.
-Hola, no sabía que salir con un chico significaba una noche de películas con Sophie.-dijo irónicamente y en tono celoso.
-Lo siento, lo hice por ella.-respondí.
-¿Quién es él?-me preguntó señalando con la mirada a Michael.
-Es Michael, un amigo, de todas formas no vine por él, vine por Matthew, que es el chico que le gusta a Sophie, quiero ayudarla con él y es amigo de Michael.-le dije.
-Está bien, confío en ti, ahora ve a divertirte con Sophie si quieres.-dijo.
-Gracias, sabía que entenderías.-le dije y le di un beso en la mejilla.
Luego fui con mi amiga uniéndome al círculo de Michael y sus amigos. Empezamos a bailar y noté que Matthew miraba a mi amiga, sonreí por ella. Luego él se acercó para hablarle y se fueron al patio. Le hice una seña de que todo estaba saliendo más que bien a Michael y seguí bailando. Al rato, Sophie y Matthew volvieron riéndose como dos tontos enamorados. Estuvieron toda la noche juntos, me sentí bien por haber ayudado a mi amiga con algo que ella tanto deseaba. Como a las 6:00 nos fuimos a mi casa de vuelta.
-Qué lindo.-dijo Sophie apenas llegamos.
-Me debes una.-le dije.
-Gracias por llevarme.-me contestó.
-No es nada, ahora espero que sigas hablando con él, más te vale.-le dije bromeando.
-Claro que lo haré.-dijo en tono alegre.
Nos dormimos rápido porque estábamos muy cansadas, o al menos ella lo hizo, yo tenía insomnio, no podía parar de pensar en Taylor, lo notaba muy cortante conmigo, lo estaba perdiendo.
A las 10:00 de la mañana aproximadamente, vino la madre de Sophie a buscarla, ella se levantó con cara de dormida y mucho sueño, obviamente, pero me abrazó una vez más y se fue a su casa.
Llamé a mi novio apenas se fue mi amiga, necesitaba oír su voz diciéndome que todo estaba bien y que nada malo sucedía, pero él no me respondió. Insistí varias veces pero no pude dar con él. Empecé a preocuparme y no aguantaba ese sentimiento de no saber qué pensar acerca del estado de nuestra relación. Después de almorzar, decidí ir a verlo, así que me vestí y me fui en colectivo hasta su casa. Llegué y toqué la puerta, me abrió su mamá y me dijo que él no estaba allí porque se había quedado en lo de un amigo, así que me fui a una plaza de aquel barrio. Me quedé un buen rato sentada en una hamaca mirando la nada, hasta que de repente se me ocurrió mirar su WhatsApp y fijarme en su última conexión. Al ver que esta decía 18:57 me sentí muy mal, me había estado ignorando todo el tiempo, definitivamente algo estaba pasando.
Empecé a irme hacia la parada del autobús que me llevaba de vuelta a casa, pero algo me detuvo. En la cuadra del frente vi a Taylor con una chica que yo conocía, se llamaba Charlotte. Caminaban muy juntos y se reían, ella lo abrazaba. Me crucé la calle, no pude evitarlo, y me puse en frente de él. Charlotte se fue corriendo al notar mi presencia.
-Qué lindos se ven.-dije.
-Amy, no...-dijo Taylor con intención de terminar la frase.
-¿No qué? Deja de mentirme. Deja de hacerme ver un mundo que no es real. Eres cruel. Me mentiste todo el tiempo para que confiara en ti y mírate. Me cansé, se terminó.-dije a punto de llorar.
-No, escúchame, no es lo que tú piensas.
-No, es tu amiga, claro, que te abraza y se ríe contigo mientras tú ignoras mis llamados y le dices a tu madre que te vas a la casa de un amigo, me prometes que no volverán a pasar estas cosas y no puedo dejarte solo un minuto que ya rompes tu promesa.-le dije ya llorando.
-No llores, Amy, no pasó nada más aparte de lo que tú has visto, ¿porqué no puedes confiar en mí?-dijo.
-¿Nada más que lo que yo he visto? Yo creo que lo que vi es suficiente para comprender que no soy lo único que necesitas, como lo dijiste hace un tiempo.-le dije.
-Sé que parece que fuéramos amigos con derechos o algo así, pero te estás equivocando, Charlotte es una amiga que conozco hace mucho tiempo y por eso tenemos tanta confianza.
-La primera vez que me engañaste, el tonto has sido tú, la segunda vez la tonta fui yo, y esta es la tercera, no permitiré que lo hagas otra vez, aléjate de mi vida y ya.
-Pero no quiero que esto termine, por favor, créeme, de verdad me importas.
-No te importo, deja de fingir. Siempre me juras que lo que haces mal no volverá a suceder, pero ya no te creo más. Se acabó. Se acabó para siempre. No quiero volver a verte, fuera de mi vida.
-Amy, no hagas esto.-dijo y noté que sus ojos estaban llorosos.
-No vuelvas a hablarme, si en verdad me has querido, hazme ese favor, adiós para siempre.-dije. y me di la vuelta para irme, pero Taylor me persiguió.
-Amy yo...-dijo sin poder terminar la frase.
-¡Tú nada! ¿No has oído? ¡No quiero verte nunca más, no te acerques a mí!-le dije y me fui corriendo.
No me siguió más, se quedó en la calle observando cómo me alejaba.
Destrozada, llegué a mi casa para llorar y descargarme. Estuvimos casi dos años juntos, iba a extrañarlo, pero si me quedaba con él iba a sufrir sus mentiras.

La Anónima.



No hay comentarios:

Publicar un comentario