sábado, 25 de enero de 2014

Mine forever.-Capítulo 13

Desde aquel día no volvimos a hablar. Creí que si volvía a chatearlo no tendría tema de conversación y se aburriría de mí. Habían transcurrido cuatro meses, era agosto.
En parte sentía que nos habíamos alejado. Antes siempre nos mirábamos, ahora casi ni lo veía, y si lo hacía, él ya no me miraba, o muy poco. Un mes antes, yo estaba parada hablando con Abby y pasó delante nuestro con una chica. Noté que me señalaba y decía: 'Esa es, la que está ahí.'
¿Qué? ¿A qué se refería? Podía ser lo mejor como también lo peor...
El 24 de aquel mes sería la fiesta de 15 de Polly. Sabía que Jim iba a ir de colado, porque quería pegarle a un amigo de su novia, Heather, porque tenía otras intenciones con ella según él. Si Jim se colaba, entonces probablemente también lo haría Taylor. Ese día me puse mi minifalda negra, una camisa naranja de gasa, medias traslúcidas negras y botinetas también negras. Fui a la peluquería y me hicieron ondas al agua, me maquillaron y perfumaron. Sophie fue a mi casa y de allí fuimos al salón. Esperamos un rato en el sillón hasta que llegó Abby. Hablamos y sacamos fotos, y en un momento me di vuelta y Abby dijo:
-¿Estoy mal o ahí está Taylor McKlein?
Oí ese nombre e inmediatamente giré para ver si era cierto. Y allí estaba, con Jim, tal como lo esperaba. Miré para arriba y dije:
-Dios, ¿ahora qué hago?
Fuimos para el otro lado, donde él estaba sentado con Cindy y otras chicas, entonces sin querer golpeé un vaso que tenía algo de gaseosa y cayó al suelo. Solté un pequeño grito y vi que Taylor me oyó pero no me vio. Otra vez me había puesto estúpida. Y era culpa de él.
Lo seguía cada vez que podía y disimuladamente pasaba cerca de él. En un momento dado fuimos al baño con Sophie y cuando salimos estaban Jim, Taylor y otros más insinuando una pelea y tratando de golpear a Joe, el amigo de Heather. Los guardias de seguridad sacaron a McKlein, Jim y los otros amigos de ellos que estaban involucrados en el ataque contra Joe. Aquella noche no fue lo que yo esperaba. De nuevo sentía que ya no teníamos conexión. Él no me miraba. Ya no sentía lo mismo de antes.

Pasó un mes, y estaba sola en mi cuarto, pensando si debía superar a Taylor o no. Llevaba más de un año con aquel asunto. El problema no era que yo no podía superarlo, sino que no quería, él me hacía bien. Recordaba aquella vez que estaba en la esquina con Sophie y él esperaba a su madre en la camioneta. No dejaba de mirar hacia la esquina, su mirada se clavaba en la mía y no había discreción alguna. Él sabía que era mi debilidad, que me envolvía. Teníamos la capacidad de entendernos sin hablar, y sabía lo que significaba en mi mente, quería tenerlo. Pero todo eso ya no estaba. Lo veía un solo segundo a la salida, y de suerte. Eso me hacía dudar si quería seguir con este. Intenté no pensar en él, pero me era imposible no inventarme alguna historia de amor con él cada noche antes de dormir.

Ro.


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