domingo, 26 de enero de 2014

Mine forever.-Capítulo 14

Me desperté a la mañana y agarré mi celular, vi la hora y eran las 8:55 a.m., había faltado al colegio. Me quedé en mi cama durmiendo hasta las 11 de la mañana y me levanté porque escuché una notificación de mi celular, como siempre me ilusionaba pensando que tal vez era Taylor diciéndome un simple 'hola', pero era una difusión. Malditas difusiones.
Desayuné y luego me fui al comedor para leer un libro. Estuve ahí hasta que llegó la hora de comer, y después de almorzar me conecté a mi ordenador un rato. Recibí una nueva notificación de bbm y maldije: 'Difusiones de mierda'. No vi el mensaje porque sabía que era al vicio. Luego de una hora agarré mi celular y me fijé en la notificación . Rayos. Centellas. Repámpanos. Era McKlein. 'Hola :)'
Inmediatamente le respondí un 'hola' prolongado seguido de una disculpa por la demora, con la excusa de que 'no tenía mi celular en ese momento'. Tiré el teléfono a mi cama y empecé a gritar y sonreír como una estúpida, me pellizcaba para ver si no era un sueño del cual debía despertar, pero era real. Estaba demasiado feliz como para ocultarlo. Mantuvimos una charla normal hasta que hice un comentario de los míos, bastante extraño y deforme. Me respondió con una extensa fila de 'jaja' y me sentí importante. Lo había hecho reír y eso me sentaba bien.
Al día siguiente me desperté con todas las ganas de ir al colegio, aclaremos, solo para verlo a él, obviamente. Me encontré con él en el primer recreo, me sonrió y se acercó a mí para saludarme. No podía contener los nervios, las piernas me temblaban y el corazón se me aceleraba, era una inexplicable sensación sin control, linda y peligrosa a la vez. Él se daba cuenta, se reía entre sonrisas, hablamos de cosas absurdas, hasta que el receso terminó y nos fuimos a nuestros respectivos cursos. El segundo encuentro del día fue a la salida, me agarró por sorpresa desde atrás, me asusté y le pegué en broma. Se rió, me abrazó, me dio un beso en la mejilla y se despidió dándose la vuelta para irse a su casa. Me quedé en la esquina sonriendo y pensando en cada minuto vivido, por más pocos que hayan sido, eran unos de los más bonitos de mi vida.
Así fueron pasando las semanas, algún que otro viernes me invitaba a comer al centro comercial o a salir con amigos. Un día fuimos a su casa porque nadie había ido a buscarme al colegio. Estábamos solos, me llevó al living y me dijo que me quedara ahí. Hice caso y me senté en un sillón que estaba al frente del televisor LCD. Volvió al poco tiempo con una película y un pote de helado, era todo perfecto. Vimos la película que era una comedia, lo abracé sin darme cuenta, se volvió hacia mí y me miró sonriendo, gesto que devolví. Estuve un largo rato en su casa hasta que recibí una llamada de mi madre. Atendí.
-¿Dónde rayos te has metido?-dijo.
-Nadie ha ido a buscarme al mediodía, estoy en casa de un amigo.-respondí.
-¿Cómo se te ocurre irte sin avisar? ¿Y quién es ese amigo?-preguntó gritando.
-¡Tú no has ido a recogerme y me faltaba crédito! Además no llamaste antes.-dije en defensa propia.
-Está bien, ahora respóndeme lo segundo.-dijo con severidad.
-¿Qué?-pregunté tratando de evitar la situación incómoda.
-Que quién demonios es el amigo con el que te encuentras.-dijo.
-Em...Se llama Taylor.-le respondí.
-¿Y desde cuándo conoces a ese Taylor? ¡Ya me dices dónde vive para ir a buscarte!
-No, mamá, ya voy a ir yo en el colectivo.
-Ni lo sueñes, o me dices o te castigo hasta fin de año.
-¡Mamá, es mi amigo hace mucho tiempo! No lo conoces y no pienso decirte dónde vive.
-¡¿Si tanto lo conoces porqué no quieres decirme?! ¡¿Acaso te obliga a algo que tú no quieras?!
-No. Y no te digo porque no quiero irme ya. Entiende. Déjame vivir, estoy cansada, siempre salgo con la misma gente, ¿no puedo conocer un chico? Ya voy para la casa.
Le corté y Taylor me miraba escéptico.
-Bueno...-dijo.
-Me voy a mi casa, mi madre me matará sino.-le dije.
-Me di cuenta.-soltó una risa sutil.-te acompaño.
-¿A la parada de colectivos?-pregunté.
-Sí, y luego a tu casa.
-No, deja.
-Es tarde y no te conviene ir sola, voy a ir contigo quieras o no.
Fuimos hasta la parada de colectivos y sin darnos cuenta dejamos pasar al primero. Pasó otro al que subimos y él pagó los boletos. Llegamos a mi barrio y bajamos juntos, me acompañó hasta la puerta de mi casa mientras hablábamos. Me despidió con un abrazo tierno que me dejó sentir su intenso aroma a perfume y se fue cuando entré a mi casa.

Cuando las clases terminaron, mi amiga Heather, la novia de Jim, me invitó a su cumpleaños de quince. Yo sabía que invitaría al mejor amigo de su novio, McKlein. Tenía todo planeado para ese día, cómo me vestiría, cómo me peinaría y demás, no solo porque era una noche importante y especial para Heath sino también porque me interesaba mucho la presencia de Taylor.
Llegó el día, me puse un vestido corto negro sencillo, suelto abajo, con lentejuelas en la parte de arriba, y unos tacones negros. Me dejé el pelo suelto y me maquillé, para darle color me apliqué brillo labial fucsia y me fui.
Estaba con unas amigas, en la mesa de las mejores amigas de Heather. Esa noche estuvimos bailando música movida durante un largo rato, cuando escuché que alguien decía mi nombre. Me volteé y era McKlein. Lo saludé y me dijo que lo acompañara. Fuimos afuera y empezamos a platicar de la vida y de cualquier estupidez, nos reímos y de repente sentí una gota, luego dos, tres.
-Llueve.-dije.
-¿En serio? Pensé que eran pájaros meones.-dijo sarcásticamente.
-Eres un tonto.
-Es cuando estoy contigo.
Me paralicé. ¿Qué había dicho? ¿Era el mismo McKlein de siempre o estaba bajo efecto de drogas?
-No te hagas el tierno ahora.-dije riendo.
-No me hago el tierno, solo digo la verdad.-respondió.
-Sí, claro...
-Llueve más fuerte.-dijo.
-Y aquí es cuando tiene lugar alguno de tus chistes malos con ironía.-dije.
Me sonrió y me corrió un cabello del rostro.
-¿No debería ser como una escena de película?-dijo.
-Creo que no te estoy entendiendo.
-Entonces déjate llevar.
Cerré los ojos, se acercó a mí, y en diez segundos tuve la sensación más linda de mi vida, me besó. Y bajo la lluvia.
Finalmente terminó el momento y yo me quedé sin reacción. Jamás había dado un beso antes, y de un día para el otro aquel chico que tanto me gustaba me había besado bajo la lluvia.
-¿Tan malo soy?-preguntó al verme sin respuesta.
-No.-me reí.-La verdad estuvo increíble. Y nunca había dado un beso.-dije.
-Así que he sido el primero...-me dijo.
-Sí.-respondí sonriendo.
-¿Y el último?-dijo riéndose.
Me reí con él.
-¿Esto no queda aquí, no?-me preguntó.
-Claro que no.
-Me desperté solo y me voy a dormir de novio.
Me reí y le di un beso en la mejilla.
Nos fuimos adentro, de la mano, y lo dejé para ir con mi amiga la quinceañera. Cuando terminó todo, fuimos a lo de una de mis amigas, llamada Maureen. Ahí les conté todo y me felicitaron, me abrazaron, por poco hicieron una fiesta. De repente me llegó un mensaje, era suyo, y decía: 'Hola, era para decirte que descanses y que sueñes conmigo, y algo más importante que eso, te amo.'
Sonreí estúpidamente y le contesté.
Yo te amo mucho más pajarito meón.
Estaba enamorada.

La Anónima.




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