lunes, 27 de enero de 2014

Mine forever.-Capítulo 15

Esa mañana me despertó un mensaje de buenos días, por supuesto, de él. Me reí de felicidad y lo llamé, hablamos un buen rato. No podía creerlo. No caía. Me fui a desayunar y mi madre me dijo:
-¿Amy? ¿Tan temprano? Me extraña araña.
-Cosas...-le respondí insinuando algo.
-¿Te pasó algo?-dijo.
-Nooo.-respondí en tono de incertidumbre.
-Vamos, suéltalo, soy tu mamá, ¡cuéntame!
-Tienes yerno.-dije por lo bajo, noté que ni se me escuchó.
-¿Qué? Habla bien.
-Que tienes un yerno.-dije más fuerte.
-¿Qué? ¿No es broma verdad? ¡Oh dios! ¡Cómo has crecido, no lo puedo creer!-dijo alegremente y me abrazó. Me reí.
-¿Y quién es el afortunado?-preguntó.
-Pues, Taylor.
-¿Ese amigo desconocido para mí? Ay ya no importa, ¡estoy feliz por ti!
-Gracias mamá.
Luego de todo eso me esperaban felicitaciones de toda, absolutamente toda, mi familia, mi mamá no se lo callaría.
Me arreglé y salí a caminar un rato, el sol pegaba y hacía mucho calor, así que tenía que entrecerrar los ojos. Mientras caminaba pensaba en todo lo que estaba viviendo y sonreía. Estaba sola, no había un alma en la calle, y de repente empezó a soplar una suave brisa fresca de invierno, raro invierno porque estaba caluroso aquel día. Vi a lo lejos alguien que venía hacia donde yo estaba, un chico. A medida que se acercaba pude distinguir mejor sus rasgos, y me di cuenta de que era él, mi novio. Empecé a correr hacia él y cuando llegué me alzó y me dio una vuelta en el aire para finalmente dejarme en el suelo y abrazarme. Le di un beso y lo tomé de la mano. Fuimos caminando hasta una plaza donde nos sentamos en un banco a platicar un rato. Mientras conversábamos jugábamos con las manos y hacíamos caras raras o estúpidas. Nos quedamos ahí hasta que se hizo de noche, y me llevó cargada en su espalda como si fuera una niña pequeña, hasta su casa. Cuando llegamos me presentó oficialmente a su mamá como su novia, y me dio algo de vergüenza, pero lo tomó bien y me recibió perfectamente, al igual que toda su familia. Luego fuimos al living y nos sentamos en un sillón, me apoyé en su hombro y él se quedó ahí un rato hasta que se separó de mí y me dijo:
-Bueno, ya, tu cabeza es pesada.-en tono de broma.
-¿Ah si?-le dije y le pegué en el brazo jugando.
-Sí.-dijo riéndose y empezó a hacerme cosquillas. Yo tenía muchas cosquillas así que no podía parar de reírme y decir 'basta' entre cada risa. Cuando se cansó, coloqué mis manos detrás de su cuello y nos dimos un pequeño beso, después del cual sonreímos los dos.
Ya era tarde, y debía volver a mi casa, así que me acompañó hasta la parada y no lo dejé que viniera conmigo, volví sola.
Cuando llegué vi en la esquina dos autos enfrentados y hechos pedazos, y alrededor un montón de gente. Corrí asustada y de cerca me di cuenta de que eran mis vecinos, por el auto, y otras personas que no conocía. La ambulancia ya se había llevado a todos de urgencia, y busqué a mis padres. Estaban un poco más lejos del árbol de mi casa, y les pregunté qué había sucedido.
-El vecino y su mujer estaban saliendo del garage y de repente se cruzaron tres adolescentes en contramano, venían a 100km/h.-dijo mi papá.
Fuimos dentro y me quedé pensando. Mi novio estaba aprendiendo a manejar y a veces salía con sus amigos por el barrio en el auto, me asustaba pero no quería ser pesada. De todas formas, no me importaba ser densa si así lo estaba cuidando, así que decidí contarle. Quedó asombrado. Le pedí por favor que si salía no hiciera estupideces y que valore su vida, me sentí como su novia. Me dijo que me quedara tranquila y que nada pasaría, me prometió que se cuidaría. Me fui a dormir y soñé con él esa noche. Pero no fue un buen sueño, fue una pesadilla. Por supuesto, él se accidentaba. Me quité esa idea negativa de la cabeza y pensé en otras cosas. Luego me levanté y fui a ver a mi amiga Sophie a su casa. Fuimos a tomar un helado y nos actualizamos sobre nuestras vidas.
-¿Y qué haces esta noche?-preguntó.
-Pues ni idea, ¿tú?
-No lo sé.
-Tengo una gran idea. ¿Quieres que le pregunte a Michael si quiere venir a mi casa con sus amigos hoy?
-¡Sí!-dijo.
Lo hacía por ella, le gustaba un amigo de Michael, llamado Matthew.
-Bien, invita a tus amigas, porque tengo la casa sola y tú estás a cargo, yo me voy.
-¿Qué? ¿Yo? Pero...
-Sin peros, hazlo por Matthew.
-Ah, está bien.
-Yo iré por las bebidas, tú compra algo de comer.
Justo a las 21:00 estaba todo listo y empezaron a llegar mis amigos. En cuanto Sophie empezó a hablar con gente, yo le hice una seña de adiós y me fui. Taylor me esperaba en el centro comercial. Llegué y no lo veía por ningún lado. De repente alguien me tapó los ojos y me dio vuelta, era él.
-Me asustaste.-le dije sonriendo.
-Eso pretendía.
Me agarró de la cintura y me besó. Luego nos sentamos en una mesa de la pizzería y se me ocurrió preguntarle algo.
-¿Qué pasó con el Taylor McKlein mujeriego y borracho que yo conocía?
Se rió.
-¿Qué dices? Nunca he sido así.-respondió.
-Vamos.-dije con una risa sarcástica.
-Bueno, es que me has cambiado.
-¿Yo?-dije sorprendida.
-Sí, tú. Alguien como tú no se merece un ebrio mujeriego, he cambiado todo eso para estar contigo, no necesito nada más si estás junto a mí.
Literalmente me derretí. Era un amor. Nunca pensé que sentiría eso por mí.
-¿De verdad?-le dije.
-De verdad. Nada más que tú, a mi lado, y soy feliz.-respondió.
Sonreí y me acerqué a él para darle un beso. La noche fue perfecta.

La Anónima.

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