martes, 14 de enero de 2014

2 y 2

El nombre de esta historia también tiene su significado. Claro, dos parejas, muy distintas pero con algo en común. Ellos son cuatro amigos, Luciana, Mariel, Matías y Miguel. La historia que voy a contar a continuación se sale de lo tradicional, si no te gusta no la leas, es simple.
Luciana se levanta todos los días a las 7:00 a.m. para ir encontrarse con sus tres amigos en la parada de colectivos e ir al colegio con ellos. Tiene más afinidad con Mariel, porque es de su mismo sexo y por lo tanto le tiene más confianza para contarle cosas íntimas. Es despreocupada y no le importa la opinión de los demás acerca de lo que ella hace o deja de hacer, a diferencia de su amiga, que es todo lo contrario.
Una mañana, era feriado, Luciana se levantó tarde, como a las 14:30, con ganas de salir a andar en rollers con su amiga Mariel, así que la llamó.
-Eu, Maru, me voy a la plaza a andar en rollers, ¿te prendés?
-Dale, ya voy en un rato.
Mientras tanto, Matías había convencido a Miguel, que no era para nada fiestero y odiaba salir, de que se fueran de joda, así que estaban preparando una previa en su casa.
-Che, ¿compraste el fernet?-dijo Matías.
-No, gil, ni me dijiste, estabas hasta el pingo ayer.
-Uh...Pero si yo no tomo-dijo riéndose..
-Sí, muy gracioso, dale, dame la plata que voy y compro.
-Tomá.-dijo y le dio un poco de plata.
Miguel se fue y Matías se quedó con sus otros amigos, con la música al máximo y haciendo quilombo en la casa.
En la plaza, ya se habían encontrado Mariel y Luciana, pero la primera no sabía andar muy bien, así que tenían que ir tomadas de la mano para evitar que se caiga. De repente, una de las dos tropezó con algo, una piedra o vaya a saberse qué era, y ambas cayeron al suelo, pero en una posición bastante incómoda, una cayó encima de la otra y quedaron muy cerca, típico de películas, exceptuando que solo sucede con un chico y una chica. Luciana se sintió muy rara, por parte le incomodó pero a la vez se sintió como nunca antes, y no entendía muy bien lo que sucedía. Mariel se levantó riendo para que la situación no fuera tan molesta y siguieron dando vueltas por la plaza. En un momento, se miraron y sonrieron, pero a Mariel le pareció un poco extraño lo que sintió, se sentía atraída por Luciana, y le parecía malo, sus padres decían que la homosexualidad era una enfermedad y ella no quería contradecirlos.

Como a las 10 de la noche la previa de los amigos iba terminando, habían agotado todas las bebidas, hasta Miguel, al que llamaban el ortiva, había tomado. Finalmente se fueron de fiesta y estuvieron toda la noche en pleno descontrol, a Miguel no le gustaban esos ambientes, pero quería mucho a su amigo, y hacía lo que fuera por él, aunque negaba que su amor significaba algo más, y Matías no lo sabía. Las chicas también habían salido con ellos, ya que entre sí eran todos amigos, pero ellas se fueron antes porque sus padres eran muy estrictos con los horarios. Cuando ellas llegaron al departamento de Mariel, se sentaron en la escalera un rato, y comenzaron a hablar de pelotudeces, se reían tanto, se querían más de lo que pensaban. Después de muchísimas carcajadas, Luciana apoyó sin querer su mano sobre la de su amiga, lo que hizo que se sintieran nuevamente muy incómodas, pero enseguida le dijo:
-Creo que debería decirte algo.
-¿Qué es? ¿Es malo?
-Para vos puede ser malo, pero para mí es hermoso.
-Largalo entonces.
-Te quiero.
-Sabés que yo más, ¿porqué me parecería malo?
-Porque no es el 'te quiero' de siempre. Te quiero, te amo, y como algo más que una amiga.
Mariel se quedó en silencio unos segundos y después, cuando menos lo pensaron, se dieron un beso, el cual fue rápido, porque ella sentía que lo que estaba haciendo estaba mal.
-No, esto no está bien.-dijo Mariel.
-¿Porqué no? Tus papás se quedaron en otras épocas, esto es normal, no le veo nada de malo a algo que es con amor.
-Pero, ¿qué van a decir los demás?
-¿Qué importa eso? Tenés que aprender a que te chupe un huevo lo que piense el resto, hacé la tuya, vos tenés que ser feliz para vos, no para los otros.
-También siento lo que vos, pero tengo miedo de mis viejos, no sé qué me dirían.
-Van a entender, te lo prometo.
Mariel sonrió y subieron las escaleras de la mano, para irse a dormir.

A la mañana siguiente, Miguel se despertó antes que Matías, y se quedó un rato observándolo mientras dormía. Pensaba en cómo decirle, no quería hacerlo porque a su amigo le encantaban las minas, así que dudaba que pudiera seguir hablándole después de confesarle lo que le pasaba con él. Se sentía muy mal así que solo se quedó mirándolo un rato más, hasta que se despertó y dijo:
-Qué resaca que tengo.
-¿A cuántas te comiste anoche? Ni te vi-dijo Miguel.
-No sé, ninguna creo, no me acuerdo.-le contestó Matías.-Che qué loco ayer vos, tomando y chamuyando, no te tenía así.
-Lo hice por vos.-dijo, pero se puso nervioso, porque pensó que Matías iba a llamarlo 'gay', 'homosexual', o algo similar.
-¿En serio?-le dijo él.-Osea que no te gusta el alcohol, ni las minas, ni la joda, sino que lo hiciste todo por mí, porque me querés.
-Exactamente eso. Te tengo que querer mucho como para hacer todo eso, ¿no?
-Debe ser.-dijo riéndose.
-Che, ¿vos qué pensás de los gays?-le dijo Miguel.
-¿Porqué me preguntás eso? No sé, creo que es su vida y no me parece mal.
-No, nada, dejá.
-Dale, decime, ¿qué pasa?
-Es que yo creo que...
-¿Sos gay?
-Pero hay algo peor que eso. Estoy...enamorado.
-¿Y qué tiene?
-Que es de vos.
Un silencio tremendo se hizo en aquel momento.
-No me estás jodiendo, ¿no?-preguntó Matías.
-No, ¿para qué te voy a mentir? Capaz después de esto te me cagués de risa y ya no seas mi amigo, pero te lo tenía que decir. Ya sé que te gustan las minas y eso pero...
-No, no, callate ya. Mirá, ni me voy a cagar de risa, ni voy a dejar de ser tu amigo, porque te quiero, nos conocemos hace banda y además creo que también estoy un poco atraído por vos, pero lo oculto atrás de mi imagen de fiestero, borracho y chamuyero, porque me da vergüenza.
-¿Posta?
-Sí...
Se miraron y...de a poco, se fue dando, hasta que llegaron a darse un beso.

Con el tiempo cada pareja se fue acostumbrando a todo, hasta que llegó al momento de que se enteraran sus padres. Los papás de Mariel reaccionaron muy mal, pero Luciana pudo hacerlos entender que se amaban realmente y no era nada malo ni enfermo. En cuanto a los chicos, los padres de ambos lo tomaron perfectamente bien y los dejaron ser felices. La opinión pública fue muy variada, muchos pensaron que eran un amor, otros los criticaron y expresaron asco por ellos, otros dijeron que solo era para llamar la atención, pero ninguno de los cuatro hizo caso a los comentarios sin sentido y negativos de sus compañeros.

Les dije que iba a salirme de lo tradicional esta vez, bueno, escribí esto porque sé que a muchos les pasa, y no deberían sentirse oprimidos, ni sentir que está mal lo que sienten, critican simplemente porque no entienden y porque tienen una mentalidad muy nula. Bueeeno, espero que les haya gustado y sino no jodan, hasta la próxima.





La Anónima.

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