miércoles, 22 de enero de 2014

Mine forever.-Capítulo 10

Las clases volvieron. Segundo año empezaba. Pronto cumpliría 14. No había nuevos compañeros, pero yo me había propuesto ser más sociable este año. El anterior era terriblemente antisocial y estaba dispuesta a cambiar eso. Ya no tenía mis ondas que tanto odiaba, mi pelo era lacio hasta la cintura, siempre marrón chocolate.
No me preocupaba por el colegio, no hacía nada, odiaba estudiar y así me fue. No desaprobaba Tutoría porque no podía. No prestaba atención. Así fue como iba pasando marzo y a mí seguían sin importarme mis notas.
Por otra parte, yo tenía un ídolo llamado Louis Harlem. Era muy conocido en mi país por sus videos de YouTube. Ese día estaba fijándome si había algún evento interesante en Facebook, y vi uno que se llamaba 'Spring Fest'. Asistiría Louis y el dj más conocido de Denver, Ian Greenglow. La entrada VIP costaba $200. Le avisé a Polly, que había vuelto a ser mi amiga porque en junio del año anterior se había peleado otra vez con Leila y empezó a hacer nuevas amigas, y ahí nos hablamos de nuevo. También la avisé a Sophie, y conseguimos todas el permiso y el dinero.
Luego de una larga corrida con Polly para conseguir una entrada, esperé una semana para que llegara aquel sábado.
Finalmente llegó ese día, 7 de abril. Polly me dijo que haría firmar su funda del celular por Louis, y yo pensé que podía hacer lo mismo. Mala idea.
Salí al centro comercial con mi mamá y Sophie al centro comercial para comprar la funda para mi BlackBery, el cual me habían regalado el mes pasado, cuando de repente mi padre me trajo una mala noticia.
-Oye, ¿tú lo conoces a Taylor McKlein?
Me tembló todo, traté de disimular, pero contener la sonrisa que me provocaba oír su nombre me resultaba imposible.
-Sí...¿porqué?-dije y noté que mi voz tenía un tono alegre y suave.
Mi papá soltó una risita.
-¿Mucho lo conoces?-dijo irónicamente.
Puse una cara de desprecio en broma.
-¿Porqué me preguntas eso?-dije en tono sospechoso.
-Su tío murió...
-¿Qué?-dije sorprendida.-¿Qué le pasó?-alcancé a decir sin ocultar mi cara de asombro.
-Hoy lo van a velar...No lo sé, creo que venía con una enfermedad hace tiempo y se le complicó.
Me di la vuelta y miré a Sophie sin todavía poder creerlo. Mi papá sabía esas cosas porque mis hermanos eran amigos de Taylor, además él conocía a su padre por algunas cuestiones de fútbol y no sé qué otras cosas.
Traté de olvidar el tema y nos fuimos de compras. Cuando pasamos por la tienda de celulares vi una funda blanca con orejitas de conejo y le dije a mi mamá que quería esa. Salía $100 y me la compró con su tarjeta de crédito. Partimos de ahí directamente a lo de Sophie, donde nos esperaba Polly.
Llegamos, despedí a mi mamá y me bajé del auto rápidamente para correr a arreglarme. Cuando estuvimos las tres listas nos fuimos.
Al llegar vimos una larga fila de chicas para entrar al salón, y Polly dijo:
-Mi compañera de Inglés está casi primera, vamos a colarnos con ella.
Cuando llegamos a donde estaba, se presentó como Lucy. Efectivamente pasamos muy rápido . El salón se dividía en dos partes, una para los VIP y otra general. Había luces de todos colores y música a alto volumen, pensé que sería una buena noche...
La fiesta comenzó luego de que nos tomamos fotos con Ian Greenglow. Él era quien mezclaba la música. Puso de todo, desde electrónica hasta canciones latinas. La estábamos pasando bien, Polly, Lucy y yo estábamos en la segunda fila detrás del escenario para cuando llegara Louis. Sophie se había apartado porque se sentía mal en ese ambiente y dijo que luego vendría. Cuando Louis llegó, sentí la avalancha de gente detrás mío, nos aplastaban, no veía nada así que subí la mano y grabé con mi teléfono.
Cuando la presentación terminó todas corrimos hacia el otro salón para tomarnos una foto con Louis.
Polly pasó mucho antes que yo y me dijo que no había tiempo para firmar la funda, así que guardé mi celular en el bolsillo trasero de mi pantalón.
Al fin había llegado mi turno, me tomaron la foto, le di mi carta a Louis y me fui. Busqué mi teléfono en mi bolsillo y no estaba. Me invadió una horrible sensación de desesperación. Miré al piso, a mis amigas, le dije al guardia de seguridad pero me contestó que debía esperar. Me lo habían sacado. Lloraba, me arrepentía de haber comprado esa funda, las orejitas hicieron demasiado fácil el trabajo del ladrón. Y mi estupidez también.
Mi amiga Polly me abrazó y me dijo que me tranquilizara. En verdad apreciaba mucho a mi amiga, me contenía en aquel momento tan desagradable. Le preguntamos al policía si podía hacer algo y nos dijo que buscáramos a la organizadora porque tenía dos celulares en la mano. Cuando la encontramos, dijo que ya no tenía ninguno porque sus dueños habían aparecido. Me decepcioné y resignada, me fui afuera con mis amigas. La madre de Polly vino a buscarnos, y en el camino yo iba pensando cómo haría para decirle a mi mamá que mi celular se había extraviado.
Finalmente llegamos, y mi mamá nos abrió y nos dijo que le contáramos cómo la habíamos pasado. Evité la cara de preocupación y conté lo bueno de la noche, todo iba bien, hasta que preguntó por mi teléfono...
La miré con cara de que había malas noticias.
-¿Qué pasó?-me dijo casi gritando.
-Me lo sacaron...-respondí.
Me gritó un buen rato y me dedicó varios insultos. Aunque ella pensara que me daban igual sus palabras, me lastimaba. Yo ya estaba mal y eso me hacía peor. La pérdida me hacía sentir insignificante, imbécil, y los gritos de mi madre solo empeoraban mi estado de ánimo.
Esa noche íbamos a dormir Polly, Sophie y yo en el living, pero no quise y me fui a mi habitación poniendo la excusa de que no había lugar para que mis amigas no supieran nada. Cerré la puerta y apagué la luz. Me acosté y hundí la cara en la almohada. Lloré mientras pensaba que todo había salido mal, y que no era un día para recordar, fue uno de los peores. Pensé en Taylor, en lo que le había pasado a su tío. Ahí creí que era afortunada, lo suyo era mucho más grave. No imagino que se sentiría perder a un ser querido. Me ponía mal saber que él había llorado seguramente y que estaba sufriendo. Quería abrazarlo y decirle que todo estaría bien. Hubiera dado todo por haberle tenido confianza para estar con él en ese momento. Ahí me aseguré de olvidar aquel día y todo lo que había pasado. Debía superarlo.

La Anónima.

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