viernes, 31 de enero de 2014

Amy's Disguise-Capítulo 1

Me encuentro en mi cama destapada, no aguanto el calor. Es 29 de noviembre de 2015 y a un mes del verano el clima ya es insoportable. A las 4:54 de la mañana exactamente, me levanto presa de los nervios y el insomnio que me impiden dormir, mañana debo rendir una materia muy importante y tengo mucha ansiedad. Arreglo mi bolso y me dirijo a la cocina para tomar un desayuno porque tengo muchísima hambre. Busco algo en lo que pueda distraerme para tranquilizarme y así se hace la hora de irme.
Al llegar al colegio corro hacia el curso en el que rindo, y en la escalera me cruzo con mi novio.
-¡Hola!-lo saludo con una sonrisa en la cara.
-Hola flaquita.-me responde y me da un beso en la mejilla.-Éxitos, aprobarás.
-Gracias, te amo.-le contesté.
-Yo más.-dijo agarrándome la mano. Sonreí y subí a mi salón.
Rendía Matemática y cuando me entregaron la evaluación a realizar me encontré en una laguna mental, no recordaba cómo hacer los ejercicios. Finalmente resolví los problemas como pude y le di mi prueba a la profesora. Luego me retiré del aula y mi novio estaba esperándome ahí.
-¿Cómo te ha ido?-me preguntó.
-Mal, olvidé todo.-respondí.
-No pasa nada, ya podrás recuperar y seguro apruebas. Ahora te llevaré a tomar un helado.-me dijo y me abrazó.
Me reí.
-Te quiero tanto.-le dije mirándolo.
-Yo a ti más.
Fuimos a la heladería y luego a mi casa, donde mis padres no estaban porque habían salido de viaje, así que lo llevé al living.
-¿Te quedas esta noche?-pregunté sin más.
-Por ti todo.-dijo acercando su cara a la mía y nos reímos juntos.
-Me ayudarás a cocinar.-le dije.
-Sé hacer muchas cosas, soy todo un chef.
Como a las 21:00 hs. fuimos a la cocina y decidimos hacer una pizza.
-A ver, tú prepara la masa.-le dije.
Me agarró de la cintura y me llevó contra la pared .
-Graciosa. Y tú pones el puré de tomate y el queso por encima, ¿no? -dijo en tono burlón.
-Pues claro, todo por mí, ¿no es cierto?
-¿Porqué me puedes tanto?-me soltó y me dio un largo beso.
Mientras él hacía la masa, me acerqué y lo asusté, y para vengarse me lanzó un puñado de harina en la cara. Corté un pedazo de queso y se lo tiré.
-¡Ey!-dijo riéndose.
Yo no podía parar de reír. Me alzó sobre su espalda y me llevó al patio.
-Creo que tu ropa tiene harina, ¿te parece una lavada?-dijo mientras amenazaba con tirarme a la piscina.
-Suéltame.-dije mientras reía sin cesar.
-Está bien.-dijo y me bajó.
Lo miré sonriente y lo empujé para que cayera al agua, pero me agarró de la mano y caímos juntos. Empecé a salpicarle agua como una niñita de 5 años, y luego de estar un rato haciendo estupideces decidimos salir. La pizza había quedado a medias, así que luego de cambiarnos fuimos a terminar de hacerla. Cenamos viendo tele en el living, en verdad cocinaba muy bien.
-Qué bien pusiste el queso, Amy.-me dijo sarcásticamente y rompí a reír.
-Lo sé, fue todo un trabajo.
Terminamos de comer y apagamos el televisor.
-¿Dónde dormiré?-preguntó.
-Pues en el lavadero, con mi perro, necesita compañía.
-Qué chistosa.
-Bien, conmigo pues.-dije un poco ruborizada.
Después de hacer caras tontas en el espejo del baño y bailar muy mal mientras nos lavábamos los dientes, fuimos a mi cuarto y nos acostamos a dormir.
-Es lindo tenerte aquí a mi lado.-le dije.
-Es más lindo para mí tenerte aquí o en cualquier lado junto a mí.
-Creo que tú eres el indicado. Definitivamente.
-¿Estás segura?
-Demasiado segura.
-Te amo.
-Yo muchísimo más.
Y estuve lista. Sentí nervios, pero a la vez sabía que él me cuidaría y no haría nada que yo no quisiera. Además confiaba demasiado en él y estaba completamente segura de que lo amaba.

La Anónima.

jueves, 30 de enero de 2014

Mine forever.-Capítulo 18

Pasó una semana de que habíamos terminado, seguía un poco triste, pero ya estaba mejor. Esa noche Sophie me llamó por teléfono.
-Te debo una, ¿cierto? Pues esta noche saldremos con Matthew y unos amigos, y tú vienes, alegraremos tu noche.
-Gracias Sophie, pero no me siento con muchas ga...-dije y cuando quise seguir la frase, Sophie estaba en mi puerta.
-No se acepta ningún 'no' por respuesta esta noche.-dijo y cortó la llamada.
Me dio un abrazo y me dijo que me cambie para que salgamos. Me puse una pollera negra larga plisada, unos tacos plateados y un bustier rojo. La fiesta era en un salón y estaba lleno de gente. La verdad mis ganas de bailar eran muy pocas, así que solo me senté en un sillón mientras observaba a mi amiga y Matthew. Él le tomó la mano, luego la abrazó por la cintura y le dio un beso, ella no lo esperaba. Mientras sentía alegría por mi amiga, que había conseguido salir con el chico que tanto quería, me sentía mal porque verlos me recordaba a Taylor y a mí, extrañaba su perfume, acariciar su cabello, sus labios, todo de él, sus palabras que me podían  y que me hacían sentir la chica más afortunada de todo el mundo, y sus manos con las mías que estremecían cada fibra de mi cuerpo. Me fui al balcón a tomar aire. Estaba sola allí, observé la noche y una lágrima se derramó de mis ojos. Mientras miraba la luna, alguien me abrazó por la espalda. Sentí ese perfume, inconfundible, y me inundé en él. Me di la vuelta y era quien yo esperaba.
-Sé que dijiste que no querías verme nunca más, pero no pienso rendirme, voy a seguirte hasta el final, no dejaré ir lo que más amo en la vida.-me dijo.
Me ruboricé.
-Te extrañé muchísimo, ha pasado una semana y lo siento como si fueran tres años. No sé si puedas perdonarme, entiendo que desconfíes, pero te amo y voy a luchar por ti, por estar a tu lado como antes y por volver a ser feliz junto a ti, hacerte sonreír y abrazarte, darte un beso, sentir que estás para mí, Amy, te necesito.
-¿Porqué haces esto?-le dije.
-Porque te amo, te hice daño, no puedo permitírmelo, debo darte todas las explicaciones que necesites, no quiero mentirte. Te he prometido cosas y no las he cumplido, muchas veces, y fueron serias, es mi gran defecto . Pero puedo cambiar, por ti, lo daría todo por volver a tenerte.
-También te he extrañado, no podía dejar de pensarte.
-No quiero alejarme de ti.
-Ni yo.
-Te amo.
-Prométeme que cumplirás todo lo que digas, solo promételo.
-Lo prometo, no volveré a lastimarte.
-Te amo demasiado, ¿sabes?
-Yo mucho más.-dijo, para luego darme un beso.
Pude volver a sentir esa sensación tan inexplicable, tan perfecta.
-Eres mía. Mía por siempre.
-Y tú mía.

Fin♥

La Anónima.


Mine forever.-Capítulo 17

Me dejaron pasar cuando se puso más estable, pero seguía inconsciente. Entré a su habitación y le tomé la mano.
-Amor, te juro que no quería que esto pasara, jamás lo imaginé, me arrepiento tanto. No importa nada ya, no te vayas por favor, quédate conmigo, te necesito, prometiste que estaríamos juntos por siempre, ¿recuerdas? Es muy pronto para partir, nos queda mucho por vivir, todavía no te dije lo mucho que te amo, no te he demostrado nada. Vivir sin ti es lo mismo que morir, por favor, solo despierta para que sigamos esta historia...Si tan solo pudiera volver el tiempo atrás...Perdóname.-dije con la voz quebrada y rompí en llanto.-Una mirada, una sonrisa, te quiero ver feliz. Cargaré toda mi vida con esta culpa, no quise hacerte daño. Lo daría todo por ti, y ahora te estoy perdiendo. En un instante podría quedarme sin nada, porque tú lo eres todo, hazlo por mí, por nosotros, vuelve...-seguí lamentándome.
De repente sentí un apretón en la mano y alcé la vista, dejando ver mis ojos rojos y llenos de lágrimas. Su otra mano acarició mi cara para secarme, mientras me dedicaba una sonrisa.
-Estás bien.-dije alegrada.
-Gracias por estar, y perdón por lo que hice mal, no quería...
-No, no, todo está bien, exageré, yo hice mal. No confié en ti, y mira cómo estás por mi culpa.
-De lo único que te culpe es de que me haces amarte. Y debe ser la mejor forma de culpar a alguien. Ya, sonríe, no mereces llorar por mí. Estoy aquí por decisión propia, te dije que sería capaz de darlo todo por ti.
-Nunca voy a dejarte, eres lo más lindo de mi vida.
Pude besarlo después de sentir tanto miedo y tanta culpa.
Luego de observaciones y mucho reposo, mi novio fue dado de alta del hospital y pudo volver a su vida normal.
Estaba yendo todo bien, éramos la misma pareja tan unida de siempre. Era viernes por la noche y nos encontrábamos con Taylor en la plaza en frente de mi casa.
-¿Qué harás hoy?-le pregunté a Taylor.
-No lo sé, creo que saldré con Jason y otros amigos, ¿tú?-contestó.
-Pues, nada, Sophie vendrá para una noche de películas.
-Qué bien.-dijo.-Oye, ya debo irme, pero mañana hablamos, ¿si?-dijo tocándome suavemente la mejilla.
-Claro que sí.-le dije y le di un beso.
Lo acompañé hasta la puerta y se fue. Luego vino Sophie con una película de miedo, una comedia y una romántica, de esas que terminan mal. Primero vimos la comedia, y cuando terminó, le hice una repentina pregunta:
-Oye, ¿y Matthew?
-¿Qué pasa con él?-me dijo.
-Pues, ¿qué ha pasado? No me contaste.
-Nada, lo de siempre, creo que no es para mí.
-Vamos...-dije agarrando mi teléfono.
-No ha pasado nada.
Corté la conversación para enviarle un mensaje a mi amigo Michael, diciéndole lo siguiente:
'NECESITO QUE ME AYUDES CON MATTHEW Y SOPHIE.'
Respondió rápidamente.
'VENGAN ESTA NOCHE AL DRAMA CLUB.'
El Drama Club era una discoteca para mayores de 16, muy concurrida por su canilla libre, por lo que yo sabía que era ilegal. Yo tenía 15, pero qué más daba.
-Sophie, cámbiate, no habrá noche de películas.-le dije.
-¿Qué?-gritó con frustración.
-Lo que has oído, iremos al Drama Club.
-Pero...-dijo con ansias de terminar la frase.
-Pero nada, te cambias.
Como una niña enojada por el castigo de sus padres, se levantó rameando los brazos, sin despegar los pies del suelo para caminar y se fue a mi cuarto.
Yo me puse un short de lentejuelas negras, una remera blanca traslúcida con un bandó negro debajo y unos tacones negros. Mi amiga usó una pollera corta color fucsia y una camisa sin mangas, llevando en los pies unos suecos negros. Fuimos al Drama Club y al entrar, rápidamente, busqué con la mirada a Michael y sus amigos. Lo encontré y lo saludé, junto a Sophie, que al ver a Matthew se quedó asombrada. Agarré a Michael y lo llevé al patio del club, donde iban todos para charlar con menos ruido.
-Deberías decirle algo sobre Sophie a Matthew.-le dije.
-Pues lo haré, ve y baila con ella en nuestra ronda de amigos y le diré algo para que llame su atención.-respondió.
De repente vi a Taylor mirándome fijamente, no sabía que él iba a venir al Drama Club y yo le había dicho que no saldría esta noche.
-Bien, ya voy, pero primer debo hacer algo.-dije y me fui hacia donde estaba mi novio.
-Hola.-le dije.
-Hola, no sabía que salir con un chico significaba una noche de películas con Sophie.-dijo irónicamente y en tono celoso.
-Lo siento, lo hice por ella.-respondí.
-¿Quién es él?-me preguntó señalando con la mirada a Michael.
-Es Michael, un amigo, de todas formas no vine por él, vine por Matthew, que es el chico que le gusta a Sophie, quiero ayudarla con él y es amigo de Michael.-le dije.
-Está bien, confío en ti, ahora ve a divertirte con Sophie si quieres.-dijo.
-Gracias, sabía que entenderías.-le dije y le di un beso en la mejilla.
Luego fui con mi amiga uniéndome al círculo de Michael y sus amigos. Empezamos a bailar y noté que Matthew miraba a mi amiga, sonreí por ella. Luego él se acercó para hablarle y se fueron al patio. Le hice una seña de que todo estaba saliendo más que bien a Michael y seguí bailando. Al rato, Sophie y Matthew volvieron riéndose como dos tontos enamorados. Estuvieron toda la noche juntos, me sentí bien por haber ayudado a mi amiga con algo que ella tanto deseaba. Como a las 6:00 nos fuimos a mi casa de vuelta.
-Qué lindo.-dijo Sophie apenas llegamos.
-Me debes una.-le dije.
-Gracias por llevarme.-me contestó.
-No es nada, ahora espero que sigas hablando con él, más te vale.-le dije bromeando.
-Claro que lo haré.-dijo en tono alegre.
Nos dormimos rápido porque estábamos muy cansadas, o al menos ella lo hizo, yo tenía insomnio, no podía parar de pensar en Taylor, lo notaba muy cortante conmigo, lo estaba perdiendo.
A las 10:00 de la mañana aproximadamente, vino la madre de Sophie a buscarla, ella se levantó con cara de dormida y mucho sueño, obviamente, pero me abrazó una vez más y se fue a su casa.
Llamé a mi novio apenas se fue mi amiga, necesitaba oír su voz diciéndome que todo estaba bien y que nada malo sucedía, pero él no me respondió. Insistí varias veces pero no pude dar con él. Empecé a preocuparme y no aguantaba ese sentimiento de no saber qué pensar acerca del estado de nuestra relación. Después de almorzar, decidí ir a verlo, así que me vestí y me fui en colectivo hasta su casa. Llegué y toqué la puerta, me abrió su mamá y me dijo que él no estaba allí porque se había quedado en lo de un amigo, así que me fui a una plaza de aquel barrio. Me quedé un buen rato sentada en una hamaca mirando la nada, hasta que de repente se me ocurrió mirar su WhatsApp y fijarme en su última conexión. Al ver que esta decía 18:57 me sentí muy mal, me había estado ignorando todo el tiempo, definitivamente algo estaba pasando.
Empecé a irme hacia la parada del autobús que me llevaba de vuelta a casa, pero algo me detuvo. En la cuadra del frente vi a Taylor con una chica que yo conocía, se llamaba Charlotte. Caminaban muy juntos y se reían, ella lo abrazaba. Me crucé la calle, no pude evitarlo, y me puse en frente de él. Charlotte se fue corriendo al notar mi presencia.
-Qué lindos se ven.-dije.
-Amy, no...-dijo Taylor con intención de terminar la frase.
-¿No qué? Deja de mentirme. Deja de hacerme ver un mundo que no es real. Eres cruel. Me mentiste todo el tiempo para que confiara en ti y mírate. Me cansé, se terminó.-dije a punto de llorar.
-No, escúchame, no es lo que tú piensas.
-No, es tu amiga, claro, que te abraza y se ríe contigo mientras tú ignoras mis llamados y le dices a tu madre que te vas a la casa de un amigo, me prometes que no volverán a pasar estas cosas y no puedo dejarte solo un minuto que ya rompes tu promesa.-le dije ya llorando.
-No llores, Amy, no pasó nada más aparte de lo que tú has visto, ¿porqué no puedes confiar en mí?-dijo.
-¿Nada más que lo que yo he visto? Yo creo que lo que vi es suficiente para comprender que no soy lo único que necesitas, como lo dijiste hace un tiempo.-le dije.
-Sé que parece que fuéramos amigos con derechos o algo así, pero te estás equivocando, Charlotte es una amiga que conozco hace mucho tiempo y por eso tenemos tanta confianza.
-La primera vez que me engañaste, el tonto has sido tú, la segunda vez la tonta fui yo, y esta es la tercera, no permitiré que lo hagas otra vez, aléjate de mi vida y ya.
-Pero no quiero que esto termine, por favor, créeme, de verdad me importas.
-No te importo, deja de fingir. Siempre me juras que lo que haces mal no volverá a suceder, pero ya no te creo más. Se acabó. Se acabó para siempre. No quiero volver a verte, fuera de mi vida.
-Amy, no hagas esto.-dijo y noté que sus ojos estaban llorosos.
-No vuelvas a hablarme, si en verdad me has querido, hazme ese favor, adiós para siempre.-dije. y me di la vuelta para irme, pero Taylor me persiguió.
-Amy yo...-dijo sin poder terminar la frase.
-¡Tú nada! ¿No has oído? ¡No quiero verte nunca más, no te acerques a mí!-le dije y me fui corriendo.
No me siguió más, se quedó en la calle observando cómo me alejaba.
Destrozada, llegué a mi casa para llorar y descargarme. Estuvimos casi dos años juntos, iba a extrañarlo, pero si me quedaba con él iba a sufrir sus mentiras.

La Anónima.



miércoles, 29 de enero de 2014

Mine forever.-Capítulo 16

Ese 21 de julio de 2014 cumplíamos medio año juntos. Le compré una remera, y fui a su casa, todo por sorpresa. Al llegar a su cuadra vi un auto que iba a gran velocidad y se escuchaban risas de adolescentes. Taylor manejaba y llevaba a sus amigos, daban vueltas y conducían sin control. Me quedé en un lugar visible para que note mi presencia y mi enojo. Cuando me vio su expresión de adrenalina se borró y se transformó en una de nervios y asombro. Rápidamente paró el auto y bajó. Se acercó a mí y oí cómo sus amigos le gritaban 'gobernado', 'dominado'.
-¿Y tu promesa?-le dije.
-Perdón, se me fue de los límites, no estaba pensando.-dijo.
-Sabes que si te llega a pasar algo me muero, ¿tanto te cuesta cuidarte un poco?
-No volverá a pasar, te amo y quiero que estemos bien, te juro que será la última vez.
-Te amo mucho más.
-Felices 6 meses, reina.
-Gracias tonto.-dije riendo.
Fuimos dentro de su casa, y llegamos a su cuarto. Cerró la puerta y me vendó los ojos.
-No mires, ¿eh?
-No voy a mirar.-dije sonriendo.
Me abrazó por la espalda, me quitó las vendas y me dio un beso en la mejilla. Cuando abrí los ojos vi montones de flores y chocolates, y al lado una cajita. La abrí y dentro había un pequeño cachorrito blanco.
-Awww.-dije alzando al perro.
-¿Te gusta?-preguntó Taylor.
-Me encanta, te amo.
Me besó mientras me agarraba de la cintura.
-Mi regalo se queda muy corto.-dije.
-No me importa lo que sea, nada más pasar tiempo contigo es el mejor regalo.
-Basta de ser tan tierno, me dejas sin palabras.-dije en broma.
-Es que tú eres la culpable, mira cómo me tienes.
-Es que me amas, lo sé.
-Mucho más de lo que te imaginas.
-Pero no más que yo a ti.
-Eso es lo que tú crees.
-No, es verdad.
-Lo daría todo por solo verte sonreír, lo sabes. Eres perfecta. Te busqué porque me es imposible de encontrar en otra persona lo que tienes tú. Eres simplemente increíble.
Noté que quería seguir hablando, pero le tapé la boca con un dedo, le dije 'shh' y lo besé.
Esa noche me quedé en su casa, por primera vez. Nos dormimos en el sillón viendo una película y amanecí en su cama, sola. Fui a ver dónde estaba y se había dormido en el sillón, estaba por caerse.
-¿Te has dormido ahí?-pregunté.
-Claro, lo he hecho cientos de veces.
-Lo hiciste por mí.
-Soy capaz de eso y mucho más por ti, no te sorprendas.
-Me dejas insignificante, ¿yo qué he hecho por ti?
-Existir. Y ser como eres, estar a mi lado cuando te necesito, quererme.
-Te amo.
-Yo mucho, mucho más.
Era tan lindo. Era la persona más tierna que podía existir.

En cuanto menos lo esperaba, llevábamos un año juntos. Preparamos algo muy especial y la pasamos bien, pero toda la noche tuve un mal presentimiento.
-¿Y ya estás listo para ganarte tu licencia de conducir?-le pregunté.
-Por supuesto, en un año podré tenerla legalmente.
-Me alegro mucho. Sabes quisiera quedarme más pero debo irme.
-No hay problema, te puedo llevar.
-Pero no tienes carnet.
-Eso no importa, soy un máster manejando.
-Creído.-dije riendo.
-Muy.-dijo en tono de broma.
-No es que no confíe en ti, no quiero que tengas problemas, le diré a Sophie que venga por mí.
-Está bien.
Había llamado a Soph para espiarlo, desconfiaba de lo que hacía a la noche con sus amigos. En cuanto mi amiga llegó me despedí de mi novio con un abrazo y un intento de beso, y nos 'fuimos'. Nos quedamos en un terreno deshabitado detrás de la casa de Taylor. Al rato vimos pasar a sus amigos, iban para su casa. Observamos cómo salían y subían al auto de mi novio, él manejaba.
-Agarra las llaves que vamos a seguirlos.-le dije a mi amiga.
-¿Qué? ¡Se darán cuenta!-dijo Sophie.
-No lo harán, van muy distraídos.
-Está bien.
Subimos a coche y empezamos a seguirlos disimuladamente. Taylor manejaba sin límites y como un adolescente totalmente inconsciente de lo que podía pasar. Bajaron en una casa donde había una fiesta. Dimos la vuelta para pasar desapercibidas. Luego nos bajamos y entramos al lugar. Era un descontrol pleno. Alcohol, drogas, promiscuidad. Divisé a Taylor entre la multitud. Tenía un vaso de alguna bebida en una mano y un cigarrillo en la otra. Al rato se le acercó una chica rubia y empezaron a hablar, al parecer con mucha confianza. Furiosa, me acerqué de a poco, y cuando estuve al lado golpeé su bebida y cayó al suelo.
-Oye, ¿qué rayos te...?-dijo sin terminar la frase al alzar la vista y ver que era yo quien había causado la caída del vaso.
-Eres un descarado, de verdad no puedo creerlo.
-¿Qué estás haciendo aquí?
-¿Importa? ¿Qué estás haciendo TÚ aquí? Linda fiesta, menos mal que eres soltero.-dije dándome la vuelta y yéndome deprisa hacia la puerta, donde me esperaba Sophie.
-No, Amy, espera.-dijo mientras me seguía entre la gente.
Sentí que me tomaba del brazo.
-'Juro que no volverá a pasar'. Tus promesas no valen nada, ¿de qué me sirve estar con alguien en quien no puedo confiar? ¿Me llenas de palabras bonitas para luego irte a arriesgar tu vida conduciendo como se te da la gana, alcoholizarte, fumar y filtrear con otroas?
-Sí lo hice, otra vez, no puedo controlarme.
-No puede ser que me haya creído esa de que no necesitabas nada más que a mí.
-No es una mentira.
-Si fuera verdad estarías en otro lugar, y no con otra.
-No estábamos filtreando, no quiero otra mujer, no tengo intenciones con nadie más que contigo. Si tomé, fumé y conduje desinteresadamente, pero es porque a veces me divierte hacerlo, salir con mis amigos.
-Lo prometiste, dos veces. No pasaré por estúpida esta vez.
Me lo quité de encima y busqué a mi amiga en la puerta. Fuimos hasta el auto, subimos y arrancó. Íbamos algo rápido. Noté que atrás venía mi novio, o ex-novio, solo.
-Acelera, tenemos que perderlo.-le dije a mi amiga.
Cada vez íbamos más rápido. Por el otro carril esquivamos a un camión, el chofer estaba dormido. No lo pensé. Muy tarde.
Sentí el ruido de un choque, vidrios rotos, frenadas y golpes. Mis reflejos involuntarios me hicieron bajar del auto y ver cómo el camión había chocado contra el auto de mi novio, y sobre eso, había volcado. Empecé a llorar y sentí mucha impotencia, dolor y culpa. Sophie llamó a emergencias, mientras que yo hacía esfuerzos inútiles por ayudar a mi novio. Llegó la ambulancia y la policía, mi amiga que estaba en calma les contó lo sucedido, mientras yo no podía parar de derramar lágrimas y pensar que todo era por mi culpa. Vi cómo sacaban a Taylor del montón de chatarra que ahora era su auto y escuché que decían 'aún está con vida, apúrense'. Me hicieron subir en la ambulancia, al lado suyo. Estaba en una camilla y lo habían conectado con oxígeno, le agarré su mano y lloré. Llegamos al hospital y lo llevaron directo a la sala de terapia intensiva. Me quedé afuera esperando y pensando. Nada importaba ya, si había roto mil promesas o lo que fuera, él no estaría aquí si yo no lo hubiera seguido. Todo era mi culpa, acababa de herir a quien más quiero en la vida, y lo había dejado en una delgada línea entre la vida y la muerte.

La Anónima.

lunes, 27 de enero de 2014

Mine forever.-Capítulo 15

Esa mañana me despertó un mensaje de buenos días, por supuesto, de él. Me reí de felicidad y lo llamé, hablamos un buen rato. No podía creerlo. No caía. Me fui a desayunar y mi madre me dijo:
-¿Amy? ¿Tan temprano? Me extraña araña.
-Cosas...-le respondí insinuando algo.
-¿Te pasó algo?-dijo.
-Nooo.-respondí en tono de incertidumbre.
-Vamos, suéltalo, soy tu mamá, ¡cuéntame!
-Tienes yerno.-dije por lo bajo, noté que ni se me escuchó.
-¿Qué? Habla bien.
-Que tienes un yerno.-dije más fuerte.
-¿Qué? ¿No es broma verdad? ¡Oh dios! ¡Cómo has crecido, no lo puedo creer!-dijo alegremente y me abrazó. Me reí.
-¿Y quién es el afortunado?-preguntó.
-Pues, Taylor.
-¿Ese amigo desconocido para mí? Ay ya no importa, ¡estoy feliz por ti!
-Gracias mamá.
Luego de todo eso me esperaban felicitaciones de toda, absolutamente toda, mi familia, mi mamá no se lo callaría.
Me arreglé y salí a caminar un rato, el sol pegaba y hacía mucho calor, así que tenía que entrecerrar los ojos. Mientras caminaba pensaba en todo lo que estaba viviendo y sonreía. Estaba sola, no había un alma en la calle, y de repente empezó a soplar una suave brisa fresca de invierno, raro invierno porque estaba caluroso aquel día. Vi a lo lejos alguien que venía hacia donde yo estaba, un chico. A medida que se acercaba pude distinguir mejor sus rasgos, y me di cuenta de que era él, mi novio. Empecé a correr hacia él y cuando llegué me alzó y me dio una vuelta en el aire para finalmente dejarme en el suelo y abrazarme. Le di un beso y lo tomé de la mano. Fuimos caminando hasta una plaza donde nos sentamos en un banco a platicar un rato. Mientras conversábamos jugábamos con las manos y hacíamos caras raras o estúpidas. Nos quedamos ahí hasta que se hizo de noche, y me llevó cargada en su espalda como si fuera una niña pequeña, hasta su casa. Cuando llegamos me presentó oficialmente a su mamá como su novia, y me dio algo de vergüenza, pero lo tomó bien y me recibió perfectamente, al igual que toda su familia. Luego fuimos al living y nos sentamos en un sillón, me apoyé en su hombro y él se quedó ahí un rato hasta que se separó de mí y me dijo:
-Bueno, ya, tu cabeza es pesada.-en tono de broma.
-¿Ah si?-le dije y le pegué en el brazo jugando.
-Sí.-dijo riéndose y empezó a hacerme cosquillas. Yo tenía muchas cosquillas así que no podía parar de reírme y decir 'basta' entre cada risa. Cuando se cansó, coloqué mis manos detrás de su cuello y nos dimos un pequeño beso, después del cual sonreímos los dos.
Ya era tarde, y debía volver a mi casa, así que me acompañó hasta la parada y no lo dejé que viniera conmigo, volví sola.
Cuando llegué vi en la esquina dos autos enfrentados y hechos pedazos, y alrededor un montón de gente. Corrí asustada y de cerca me di cuenta de que eran mis vecinos, por el auto, y otras personas que no conocía. La ambulancia ya se había llevado a todos de urgencia, y busqué a mis padres. Estaban un poco más lejos del árbol de mi casa, y les pregunté qué había sucedido.
-El vecino y su mujer estaban saliendo del garage y de repente se cruzaron tres adolescentes en contramano, venían a 100km/h.-dijo mi papá.
Fuimos dentro y me quedé pensando. Mi novio estaba aprendiendo a manejar y a veces salía con sus amigos por el barrio en el auto, me asustaba pero no quería ser pesada. De todas formas, no me importaba ser densa si así lo estaba cuidando, así que decidí contarle. Quedó asombrado. Le pedí por favor que si salía no hiciera estupideces y que valore su vida, me sentí como su novia. Me dijo que me quedara tranquila y que nada pasaría, me prometió que se cuidaría. Me fui a dormir y soñé con él esa noche. Pero no fue un buen sueño, fue una pesadilla. Por supuesto, él se accidentaba. Me quité esa idea negativa de la cabeza y pensé en otras cosas. Luego me levanté y fui a ver a mi amiga Sophie a su casa. Fuimos a tomar un helado y nos actualizamos sobre nuestras vidas.
-¿Y qué haces esta noche?-preguntó.
-Pues ni idea, ¿tú?
-No lo sé.
-Tengo una gran idea. ¿Quieres que le pregunte a Michael si quiere venir a mi casa con sus amigos hoy?
-¡Sí!-dijo.
Lo hacía por ella, le gustaba un amigo de Michael, llamado Matthew.
-Bien, invita a tus amigas, porque tengo la casa sola y tú estás a cargo, yo me voy.
-¿Qué? ¿Yo? Pero...
-Sin peros, hazlo por Matthew.
-Ah, está bien.
-Yo iré por las bebidas, tú compra algo de comer.
Justo a las 21:00 estaba todo listo y empezaron a llegar mis amigos. En cuanto Sophie empezó a hablar con gente, yo le hice una seña de adiós y me fui. Taylor me esperaba en el centro comercial. Llegué y no lo veía por ningún lado. De repente alguien me tapó los ojos y me dio vuelta, era él.
-Me asustaste.-le dije sonriendo.
-Eso pretendía.
Me agarró de la cintura y me besó. Luego nos sentamos en una mesa de la pizzería y se me ocurrió preguntarle algo.
-¿Qué pasó con el Taylor McKlein mujeriego y borracho que yo conocía?
Se rió.
-¿Qué dices? Nunca he sido así.-respondió.
-Vamos.-dije con una risa sarcástica.
-Bueno, es que me has cambiado.
-¿Yo?-dije sorprendida.
-Sí, tú. Alguien como tú no se merece un ebrio mujeriego, he cambiado todo eso para estar contigo, no necesito nada más si estás junto a mí.
Literalmente me derretí. Era un amor. Nunca pensé que sentiría eso por mí.
-¿De verdad?-le dije.
-De verdad. Nada más que tú, a mi lado, y soy feliz.-respondió.
Sonreí y me acerqué a él para darle un beso. La noche fue perfecta.

La Anónima.

domingo, 26 de enero de 2014

Mine forever.-Capítulo 14

Me desperté a la mañana y agarré mi celular, vi la hora y eran las 8:55 a.m., había faltado al colegio. Me quedé en mi cama durmiendo hasta las 11 de la mañana y me levanté porque escuché una notificación de mi celular, como siempre me ilusionaba pensando que tal vez era Taylor diciéndome un simple 'hola', pero era una difusión. Malditas difusiones.
Desayuné y luego me fui al comedor para leer un libro. Estuve ahí hasta que llegó la hora de comer, y después de almorzar me conecté a mi ordenador un rato. Recibí una nueva notificación de bbm y maldije: 'Difusiones de mierda'. No vi el mensaje porque sabía que era al vicio. Luego de una hora agarré mi celular y me fijé en la notificación . Rayos. Centellas. Repámpanos. Era McKlein. 'Hola :)'
Inmediatamente le respondí un 'hola' prolongado seguido de una disculpa por la demora, con la excusa de que 'no tenía mi celular en ese momento'. Tiré el teléfono a mi cama y empecé a gritar y sonreír como una estúpida, me pellizcaba para ver si no era un sueño del cual debía despertar, pero era real. Estaba demasiado feliz como para ocultarlo. Mantuvimos una charla normal hasta que hice un comentario de los míos, bastante extraño y deforme. Me respondió con una extensa fila de 'jaja' y me sentí importante. Lo había hecho reír y eso me sentaba bien.
Al día siguiente me desperté con todas las ganas de ir al colegio, aclaremos, solo para verlo a él, obviamente. Me encontré con él en el primer recreo, me sonrió y se acercó a mí para saludarme. No podía contener los nervios, las piernas me temblaban y el corazón se me aceleraba, era una inexplicable sensación sin control, linda y peligrosa a la vez. Él se daba cuenta, se reía entre sonrisas, hablamos de cosas absurdas, hasta que el receso terminó y nos fuimos a nuestros respectivos cursos. El segundo encuentro del día fue a la salida, me agarró por sorpresa desde atrás, me asusté y le pegué en broma. Se rió, me abrazó, me dio un beso en la mejilla y se despidió dándose la vuelta para irse a su casa. Me quedé en la esquina sonriendo y pensando en cada minuto vivido, por más pocos que hayan sido, eran unos de los más bonitos de mi vida.
Así fueron pasando las semanas, algún que otro viernes me invitaba a comer al centro comercial o a salir con amigos. Un día fuimos a su casa porque nadie había ido a buscarme al colegio. Estábamos solos, me llevó al living y me dijo que me quedara ahí. Hice caso y me senté en un sillón que estaba al frente del televisor LCD. Volvió al poco tiempo con una película y un pote de helado, era todo perfecto. Vimos la película que era una comedia, lo abracé sin darme cuenta, se volvió hacia mí y me miró sonriendo, gesto que devolví. Estuve un largo rato en su casa hasta que recibí una llamada de mi madre. Atendí.
-¿Dónde rayos te has metido?-dijo.
-Nadie ha ido a buscarme al mediodía, estoy en casa de un amigo.-respondí.
-¿Cómo se te ocurre irte sin avisar? ¿Y quién es ese amigo?-preguntó gritando.
-¡Tú no has ido a recogerme y me faltaba crédito! Además no llamaste antes.-dije en defensa propia.
-Está bien, ahora respóndeme lo segundo.-dijo con severidad.
-¿Qué?-pregunté tratando de evitar la situación incómoda.
-Que quién demonios es el amigo con el que te encuentras.-dijo.
-Em...Se llama Taylor.-le respondí.
-¿Y desde cuándo conoces a ese Taylor? ¡Ya me dices dónde vive para ir a buscarte!
-No, mamá, ya voy a ir yo en el colectivo.
-Ni lo sueñes, o me dices o te castigo hasta fin de año.
-¡Mamá, es mi amigo hace mucho tiempo! No lo conoces y no pienso decirte dónde vive.
-¡¿Si tanto lo conoces porqué no quieres decirme?! ¡¿Acaso te obliga a algo que tú no quieras?!
-No. Y no te digo porque no quiero irme ya. Entiende. Déjame vivir, estoy cansada, siempre salgo con la misma gente, ¿no puedo conocer un chico? Ya voy para la casa.
Le corté y Taylor me miraba escéptico.
-Bueno...-dijo.
-Me voy a mi casa, mi madre me matará sino.-le dije.
-Me di cuenta.-soltó una risa sutil.-te acompaño.
-¿A la parada de colectivos?-pregunté.
-Sí, y luego a tu casa.
-No, deja.
-Es tarde y no te conviene ir sola, voy a ir contigo quieras o no.
Fuimos hasta la parada de colectivos y sin darnos cuenta dejamos pasar al primero. Pasó otro al que subimos y él pagó los boletos. Llegamos a mi barrio y bajamos juntos, me acompañó hasta la puerta de mi casa mientras hablábamos. Me despidió con un abrazo tierno que me dejó sentir su intenso aroma a perfume y se fue cuando entré a mi casa.

Cuando las clases terminaron, mi amiga Heather, la novia de Jim, me invitó a su cumpleaños de quince. Yo sabía que invitaría al mejor amigo de su novio, McKlein. Tenía todo planeado para ese día, cómo me vestiría, cómo me peinaría y demás, no solo porque era una noche importante y especial para Heath sino también porque me interesaba mucho la presencia de Taylor.
Llegó el día, me puse un vestido corto negro sencillo, suelto abajo, con lentejuelas en la parte de arriba, y unos tacones negros. Me dejé el pelo suelto y me maquillé, para darle color me apliqué brillo labial fucsia y me fui.
Estaba con unas amigas, en la mesa de las mejores amigas de Heather. Esa noche estuvimos bailando música movida durante un largo rato, cuando escuché que alguien decía mi nombre. Me volteé y era McKlein. Lo saludé y me dijo que lo acompañara. Fuimos afuera y empezamos a platicar de la vida y de cualquier estupidez, nos reímos y de repente sentí una gota, luego dos, tres.
-Llueve.-dije.
-¿En serio? Pensé que eran pájaros meones.-dijo sarcásticamente.
-Eres un tonto.
-Es cuando estoy contigo.
Me paralicé. ¿Qué había dicho? ¿Era el mismo McKlein de siempre o estaba bajo efecto de drogas?
-No te hagas el tierno ahora.-dije riendo.
-No me hago el tierno, solo digo la verdad.-respondió.
-Sí, claro...
-Llueve más fuerte.-dijo.
-Y aquí es cuando tiene lugar alguno de tus chistes malos con ironía.-dije.
Me sonrió y me corrió un cabello del rostro.
-¿No debería ser como una escena de película?-dijo.
-Creo que no te estoy entendiendo.
-Entonces déjate llevar.
Cerré los ojos, se acercó a mí, y en diez segundos tuve la sensación más linda de mi vida, me besó. Y bajo la lluvia.
Finalmente terminó el momento y yo me quedé sin reacción. Jamás había dado un beso antes, y de un día para el otro aquel chico que tanto me gustaba me había besado bajo la lluvia.
-¿Tan malo soy?-preguntó al verme sin respuesta.
-No.-me reí.-La verdad estuvo increíble. Y nunca había dado un beso.-dije.
-Así que he sido el primero...-me dijo.
-Sí.-respondí sonriendo.
-¿Y el último?-dijo riéndose.
Me reí con él.
-¿Esto no queda aquí, no?-me preguntó.
-Claro que no.
-Me desperté solo y me voy a dormir de novio.
Me reí y le di un beso en la mejilla.
Nos fuimos adentro, de la mano, y lo dejé para ir con mi amiga la quinceañera. Cuando terminó todo, fuimos a lo de una de mis amigas, llamada Maureen. Ahí les conté todo y me felicitaron, me abrazaron, por poco hicieron una fiesta. De repente me llegó un mensaje, era suyo, y decía: 'Hola, era para decirte que descanses y que sueñes conmigo, y algo más importante que eso, te amo.'
Sonreí estúpidamente y le contesté.
Yo te amo mucho más pajarito meón.
Estaba enamorada.

La Anónima.




sábado, 25 de enero de 2014

Mine forever.-Capítulo 13

Desde aquel día no volvimos a hablar. Creí que si volvía a chatearlo no tendría tema de conversación y se aburriría de mí. Habían transcurrido cuatro meses, era agosto.
En parte sentía que nos habíamos alejado. Antes siempre nos mirábamos, ahora casi ni lo veía, y si lo hacía, él ya no me miraba, o muy poco. Un mes antes, yo estaba parada hablando con Abby y pasó delante nuestro con una chica. Noté que me señalaba y decía: 'Esa es, la que está ahí.'
¿Qué? ¿A qué se refería? Podía ser lo mejor como también lo peor...
El 24 de aquel mes sería la fiesta de 15 de Polly. Sabía que Jim iba a ir de colado, porque quería pegarle a un amigo de su novia, Heather, porque tenía otras intenciones con ella según él. Si Jim se colaba, entonces probablemente también lo haría Taylor. Ese día me puse mi minifalda negra, una camisa naranja de gasa, medias traslúcidas negras y botinetas también negras. Fui a la peluquería y me hicieron ondas al agua, me maquillaron y perfumaron. Sophie fue a mi casa y de allí fuimos al salón. Esperamos un rato en el sillón hasta que llegó Abby. Hablamos y sacamos fotos, y en un momento me di vuelta y Abby dijo:
-¿Estoy mal o ahí está Taylor McKlein?
Oí ese nombre e inmediatamente giré para ver si era cierto. Y allí estaba, con Jim, tal como lo esperaba. Miré para arriba y dije:
-Dios, ¿ahora qué hago?
Fuimos para el otro lado, donde él estaba sentado con Cindy y otras chicas, entonces sin querer golpeé un vaso que tenía algo de gaseosa y cayó al suelo. Solté un pequeño grito y vi que Taylor me oyó pero no me vio. Otra vez me había puesto estúpida. Y era culpa de él.
Lo seguía cada vez que podía y disimuladamente pasaba cerca de él. En un momento dado fuimos al baño con Sophie y cuando salimos estaban Jim, Taylor y otros más insinuando una pelea y tratando de golpear a Joe, el amigo de Heather. Los guardias de seguridad sacaron a McKlein, Jim y los otros amigos de ellos que estaban involucrados en el ataque contra Joe. Aquella noche no fue lo que yo esperaba. De nuevo sentía que ya no teníamos conexión. Él no me miraba. Ya no sentía lo mismo de antes.

Pasó un mes, y estaba sola en mi cuarto, pensando si debía superar a Taylor o no. Llevaba más de un año con aquel asunto. El problema no era que yo no podía superarlo, sino que no quería, él me hacía bien. Recordaba aquella vez que estaba en la esquina con Sophie y él esperaba a su madre en la camioneta. No dejaba de mirar hacia la esquina, su mirada se clavaba en la mía y no había discreción alguna. Él sabía que era mi debilidad, que me envolvía. Teníamos la capacidad de entendernos sin hablar, y sabía lo que significaba en mi mente, quería tenerlo. Pero todo eso ya no estaba. Lo veía un solo segundo a la salida, y de suerte. Eso me hacía dudar si quería seguir con este. Intenté no pensar en él, pero me era imposible no inventarme alguna historia de amor con él cada noche antes de dormir.

Ro.


viernes, 24 de enero de 2014

Con vos hasta el final-Capítulo 5

-Hoy hace 6 meses que te conozco. Eras un completo extraño y dejé que me besaras.-le dije a Facundo mientras mirábamos el lago desde una cerca.
-No era un completo extraño, o tal vez sí...El caso es que me enamoré y sé que tú también, o no me hubieras dejado, ¿verdad?
-Claro que no te hubiera dejado.
-Soy demasiado sensual como para no dejarme besarte, lo sé.-dijo en broma.
-Cállate, solo yo puedo decir que eres sensual.
-Me gusta que seas celosa, histérica y todo eso, ¿sabes?
-No soy así.
-Pf, no, para nada...
-Ese eres tú, sobre todo lo de histérico.
-Lo soy. Pero porque te quiero solo para mí y no soportaría perderte.
Solo pude sonreír y darle un beso, cuando de repente sentí que la cerca debajo mío se estaba por romper, tomé de la mano a Facundo y no se lo esperaba, así que los dos caímos al lago. Cuando salimos a la superficie nos empezamos a reír como dos idiotas, y luego me dijo:
-Ay Emma, qué momento tan oportuno para nadar.
-Lo sé...Bueno, al menos hace calor, creo.
-Supongamos que sí...
-De todos modos la ropa no es muy cómoda para el agua.
-Entonces me la quito.-dijo riendo.
-No Facundo, nadie quiere verte sin ropa, créeme.
-Yo sé que tú sí...
-Cállate, sucio, inmundo, sexópata, Sasho Grey.-dije y empecé a nadar hacia la orilla.
-También amo eso de ti, puedes hacerme reír tres horas seguidas con las cosas anormales que dices.-dijo mientras se reía.
-Es mi especialidad.-le dije.
Me sonrió.
-Salgamos ya.-dijo.
-Sí, mejor.
Salió del agua y luego me ayudó, pasamos la cerca y nos fuimos caminando por el campo mientras la gente nos miraba raro porque estábamos empapados. Nos sentamos debajo de un árbol y empezamos a hablar de nosotros, de viejos recuerdos y de cualquier cosa. El viento empezó a correr y el tiempo refrescó.
-¿Cuándo piensas darme tu campera, Etchegoyen?-dije bromeando.
-¿Tengo que hacerlo?
-Según las películas sí.
-¿No puede ser mi pantalón?
-Deja de insinuar desnudarte.-dije.
-Está bien.-me dijo y me abrazó, luego me puso su gorrito en la cabeza y me dio un beso justo arriba de la oreja.
-Oye, ¿sabes algo?
-¿Qué cosa?
-Te amo.
Me quedé callada un silencio y luego sonreí, para darle un abrazo que lo dejó tirado en el pasto y quedé tumbada encima suyo, o en realidad solo mi torso.
-Pues yo mucho más.-le dije y le di un beso con mordida.
-No lo creo, pero te dejaré ganar esta vez.
Luego sentí gotas frías de agua en mi brazo y grité:
-Va a llover, hay que correr.-
Me levanté y agarré a mi novio de la mano, que se paró y casi lo mato del tirón que le di.
-Bueno, espera, casi me muero culpa tuya.-dijo riéndose.
-Perdón.-me reí.-Correeee.
Empezó a llover torrencialmente y tronaba, mientras nosotros corríamos hasta su casa bajo la lluvia. Cuando llegamos, obviamente estábamos empapados, me encantaba cómo se veía él con el cabello mojado...Fue a su cuarto a cambiarse y me dijo:
-¿Y tú? Tendrás que ponerte una remera mía.
-No me molesta, la verdad debe ser bastante cómodo.
Él me tiró una remera y me metí al baño a cambiarme antes de que él se diera cuenta, y de repente él abrió la puerta sin saber que yo estaba ahí y me vio, todavía no me había puesto la remera, pero ya me había quitado mi ropa mojada, así que...se imaginan que estaba en ropa interior, ¿verdad?
Se quedó mirándome un minuto, yo tenía la remera en las manos, y cuando lo vi me empecé a reír y luego me puse la prende rápidamente. Nadie además de mi familia y mis amigas mas íntimas me habían visto en ropa interior antes, fue raro.
-Lo siento, no sabía que estabas...-dijo tratando de no reírse.
-Eres mi novio, no me importa.
-A mí tampoco me importaría...
-Cállate, no empieces con tus babosadas-le dije riendo.
Entonces me acerqué a él y lo abracé, su cara quedó justo delante de la mía, nuestras narices se rozaban, cerré los ojos y lo besé, mientras acariciaba su pelo mojado y él me agarraba la cintura. Luego de un lento e intenso beso, abrí los ojos, y él sonreía y me dijo que me amaba...Y yo también lo hacía.

La Anónima.




Mine forever.-Capítulo 12

Eran finales de abril. Yo volví del colegio, comí y me vestí para ir a gimnasia. Antes de salir, fui a molestar a Taylor por ask. Le envíe miles de preguntas estúpidas, le decía que lo había visto filtreando con 'la Keeter'. Ella era una rubia de primer año que casi ninguna chica quería, en pocas palabras, una zorra. Beth Keeter. Odio profundo. Luego él me respondió que le estaba pidiendo dinero, entonces le dije que la próxima vez sería mejor que me lo pida a mí. Me preguntó por mi identidad, y le dije 'no sé'. Estuvo rogando que le diga quién era y que le hablara por chat, pero no lo hice porque ya debía irme, me dijo que era mala y me reí, y luego me fui con la idea de que le hablaría por Facebook cuando volviera a mi casa. Le dije a Sophie que haría eso y me alentó. Cuando terminó la clase, fui a mi casa, y me fijé si estaba conectado. Al ver que no estaba, le dije a mi mamá que podía seguir trabajando y llamé a Sophie.
-¿Hola?-contestó.
-Sophie, necesito algo.
-¿Qué sucede?
-¿Puedes conectarte a mi Facebook y avisarme cuando Taylor se conecte? Mi madre está utilizando la computadora y si no le hablo ahora no lo haré nunca.
-Claro.
-Gracias, llámame.
-Bien, adiós.
-Adiós.
A los 20 minutos recibí su llamado.
-¡Hola!-respondí emocionada.
-Está conectado.
-Tendrás que hablarle por mí.
-Está bien, ¿qué le digo?
-Dile 'hola'.
-Bien.
Escuchaba el sonido del teclado y no sabía si arrepentirme o no.
-¡No lo mandes!-grité.
-Oh, ¿porqué?
-¡Porque no! No sé.
-¿Lo mando o no?
-¡Sí! ¡No!...No, sí.
-¿Si o no?-gritó. 
-¡No!
-Tarde.
-¿QUÉ?
-Lo mandé.
Empecé a correr en círculos y a gritar como idiota. Ansiaba saber qué diría.
-Te respondió 'holaa'.
-Haz la típica. ¿Cómo estás? ¿Qué haces? ¿Qué cuentas?
-Bueno.
Nervios. Eso sentía exactamente.
-Dice que está bien, ¿tú cómo estás?
-Pues bien. Aunque muriendo de nervios pero eso no lo digas.
-Está con sus primos.
Sentí que Sophie se reía mucho.
-¿Qué te dijo?-pregunté intrigada por saber de qué se reía.
-Pregunta si eres virgen.-dijo entre carcajadas.
-¿Qué?-me reí.-Debe haber sido su primo.
-¿Qué le pongo?
-Pregúntale 'qué fue eso jaja'
-Fue su primo...Igual dio risa.
-Sí. ¿Cómo sigo? Oh, cierto. Mándale la respuesta de ask y dile que soy yo.
-Respondió: asksfksfoksdofkoq'. Qué entendible.
-Oh. Di algo. No sé, dile que en ask era mejor y aquí es más frío.
-Bien...Dice que es por sus primos y no sé qué. Esto es emocionante. 
-Sh. Ya, dile 'ah jaja'. Hay que parecer desinteresada.
Mi madre había abandonado la computadora.
-Te corto, la seguiré yo, mi mamá ya se fue. ¡Gracias!
-Bueno, de nada, suerte.
Corté y fui corriendo a la computadora. No sabía cómo seguir. Le pregunté un par de cosas estúpidas y me respondía con caritas ':)' que me hacían sentir especia, aunque fueran lo más común que existe, él era poco expresivo. Le pregunté su twitter, aunque lo sabía de toda mi vida de stalker, de memoria, hasta sus faltas de ortografía. Lo seguía de antes pero al parecer no lo sabía. Luego se despidió con caritas y me mandó un beso. Me cae bien la gente que reitera vocales. Me resulta menos cortante. Ese mensaje con caritas felices y vocales reiteradas me gustaba. Me sentía muy bien con esa conversación y me negué a olvidar ese día tan lindo.

La Anónima.


jueves, 23 de enero de 2014

Con vos hasta el final-Capítulo 4

-Bueno, pues yo...-dije apartándome un mechón de la cara.
-Eres lo que vengo buscando hace tiempo...-me dijo mientras me miraba con admiración.
-¿Lo soy?
-Claro que sí, eres perfecta.
-Qué tierno. Esto...¿queda aquí o...?-pregunté sin entender lo que había sucedido anteriormente.
-Como tú quieras, bueno, sería un privilegio ser tu novio, pero es tu decisión...
Me reí.
-Entonces eres mi novio. Aunque todos digan que somos unos apurados que apenas se conocen y ya se aman.
-Pues sí, lo que digan no importa.-dijo, me sonrió y me dio un beso.
Luego me tomó de la mano y fuimos a mi casa. Estuvimos un rato ahí y de repente sonó el timbre. Me pregunté quién sería, le dije a mi novio que me espere y fui a atender.
-Ya vooooy.-grité desde la escalera.
Finalemente llegué abajo y abrí la puerta. Era Zoe.
-Oye Emma, yo solo quería decirte que lo siento mucho. La verdad es que solo dije todas esas cosas porque te quiero y no me gustaría verte sufrir por ese, y me saqué.
-No importa, todo está bien, entiendo que tú lo conocías en la secundaria y él era así, pero ya no, debes entenderlo.
-¿Y tú cómo lo sabes? Hace tres días que lo conoces, no jodas.
-Sí, pero en tres días ha logrado algo que nadie en toda mi vida...
-Ay, no te hagas la tierna ahora, voy a subir.
-No creo que te agrade lo que te espera allá arriba.-dije riendo.
-¿Qué?-dijo Zoe volteándose justo antes de llegar al último escalón. Después se dio vuelta y vio a Facundo ahí parado.
-Zoe...-dijo él.-Tanto tiempo.
-Tiene que ser una broma...
-No lo es, supongamos que para ti Emma es como una hermana, pues yo vendría a ser tu cuñado.
-¡Emma! ¿ES TU NOVIO?-dijo gritando.
-Ay cálmate, y sí lo es.
-Te arrepentirás de esto.-dijo pegándome, ya en broma y riéndose.-Bueno, ya, se ven lindos juntos, qué más puedo decir...
-Sabía que aflojarías.-dije y la abracé.
-Todo porque mis amigas sean felices. Por cierto, hola cuñado.-dijo dirigiéndose a Facundo.
-Respuesta tardía.-dijo él con una sonrisa.
-Mejor los dejo. Tengo que contarles el chisme a las otras. Ay este amor de hoy en día...-dijo reparando a una abuela.
-No hagas exageraciones en tu relato, ¿si?-le dije.
-No lo haré, ahora me despido, pásenla bien.-dijo y bajó las escaleras para irse.
Cuando dejó mi casa, Facundo me abrazó por la espalda y dijo:
-¿Qué hice yo en tres días que nadie hizo en toda una vida?
-Hacerme sentir escuchada, amada, especial, talentosa, y miles de otras cosas, ¿sabes?-dije y tomé sus manos.
Él me dio un beso en la mejilla y me dijo al oído.
-Me gusta hacer sentir a la gente como realmente es. No miento, deberías saberlo.
-¿No mientes?-dije soltándome y riéndome.-Esta te va porque eres un mentiroso.-dije y le pegué con mi almohada.
-¡Oye!-dijo, se rió y me alzó en su hombre.
-¡Ay! ¡No! ¡Suéltame!-mi risa no se controlaba mientras gritaba.
-No, me dijiste mentiroso.-dijo y me dejó en mi cama quedando justo encima mío.
-A ver, es que lo eres. Todos mentimos. ¿Si o no?
-Etchegoyen no miente.
Me reí y me dio un beso, luego nos levantamos y estuvimos un rato sin hablar.
-Incómodo, ¿verdad?-dije para cortar el silencio.
-Sí...Pero no más que dormir en el sillón porque no encuentras las llaves.
-Cállate, tú quisiste.-dije entre risas.
-Es cierto. Oye, tengo que irme, pero te prometo que nos veremos mañana o cuando sea.
-Está bien, te acompaño hasta ahí abajo.
Bajamos las escaleras, me abrazó y me besó.
-Te quiero mucho.-le dije.
-Yo más, mucho más.-dijo y me soltó la mano para irse. Luego se fue caminando y cerré la puerta detrás de él. Me quedé parada en la puerta y suspiré. Era tan raro...Hace tan poco que nos conocíamos y ya nos queríamos, ¿podía ser? Daba igual, con él estaba muy feliz. Miré mi celular, que había dejado tirado todo el día, y tenía miles de mensajes de mis amigas preguntándome acerca de mi nuevo noviazgo y felicitándome, llamadas perdidas, de todo. Las llamé y les conté todo, y me dijeron que había que celebrar saliendo de fiesta, en sus palabras textuales sería una 'última noche antes de que perdamos a Emma que se nos casó'. Acepté ya que tenía ganas de ir a despejarme un rato de mis obligaciones, me di una ducha, me puse un short de color rosa, una remera blanca con una inscripción en negro y unos sandalias altas doradas. Me dejé el pelo suelto y me puse un perfume dulce. Luego me maquillé y esperé a que llegaran mis amigas. A eso de las 10 de la noche llegó Constanza, me abrazó y me dijo:
-Será una noche de soltera casada. Tenías que avisarnos que te pondrías de novia.-dijo riendo.
-No pensé que sucedería.-dije.
-Qué emoción, luego me tienes que contar todo lo que vaya pasando, ¿si?
-Obvio que sí, tonta.
Salimos y como siempre yo privándome de alcohol y todo aquello que ellas amaban y que hacían de su noche una total diversión. Cuanto terminó la fiesta, llegué a mi casa, me quité las sandalias y agarré mi teléfono, y tenía un mensaje de él, diciéndome que la pase muy bien y que me quería mucho. Sonreí y le respondí. Aún no podía creerlo, estaba en mi mejor momento.

La Anónima.


Mine forever.-Capítulo 11

Era miércoles. Salí de clase y me encontré con mi amiga Abby que me dijo:
-Sabes, vi a McKlein llorando. Estaba sentado en un banco y se lo veía mal.
Me dieron aún más ganas de abrazarlo y se me partía el corazón de verlo así y no poder hacer nada.
-Mi vida...-me salió del alma.
A la semana siguiente se lo veía un poco mejor, pero distinto al de antes. Eso lo había cambiado, su sonrisa ya no era la misma, ni su mirada. En uno de esos días, por la tarde, había vuelto de gimnasia y estaba en mi computadora viendo unas cosas. De repente leí un tweet de mi compañera de curso, Janet, que decía que en su grupo de amigas estaban todas solteras. Cindy lo había retwitteado. Ellas eran un grupo de amigas del colegio, Cindy estaba en él. Sin Cindy estaba soltera...entonces Taylor también. Fui al ask de Cindy y le pregunté si seguía de novia, a lo que no tardó en responder con la palabra 'No'.
Puse la misma canción movida de siempre y pensé que ya no volverían si era la segunda vez que terminaban. Cuando corroboré la situación me acordé de la última "amenaza" que me quedaba: Sophie. Hablé con Abby sobre el tema y decidí que hablaría con ella. Tenía bastante miedo de arruinarlo todo, pero no aguantaba más. Al día siguiente, en gimnasia, fui cortante y le demostré mi enojo, por lo cual a la tarde me habló por Facebook:
-Hola, ¿qué te pasa?
-Tengo que decirte algo importante.-dije.
-Habla.-respondió.
-Creo que tu actitud es totalmente sin códigos. No puedes gustar del mismo chico que yo.
-¿Qué? Dijiste que no te gustaba, que solo te parecía lindo.
-Dije que no estaba enamorada, no que no me gustaba. De todas formas ese no es el punto. Es que me duele y no puedo más.
-¿Porqué no me lo dijiste antes?
-Porque pensaba que era estúpido, pero cuando vi que otras hacían respetar los códigos entre amigas, me di cuenta de que debía hacerlo yo también. Él me gustaba de antes, y cuando Danny te dijo todas esas estupidces comenzaste a gustar de él.
-Olvidar es difícil ahora.
Me reí en mi mente. ¿Olvidar? Él no le gustaba en serio, lo sabía.
-Hazlo, por favor. No quiero perderte como amiga, pero esta situación me molesta demasiado.
-Estoy llorando, ¿sabes? Tampoco quiero que esta amistad termine.
-Déjalo ya. Buscaremos un lindo chico para ti, lo prometo.
-Está bien. Te amo.
-Yo más amiga, ¡gracias!
Sentí mucho alivio luego de aquella conversación. Nunca pensé que sería tan fácil. Sophie es complicada.

La Anónima.

miércoles, 22 de enero de 2014

Mine forever.-Capítulo 10

Las clases volvieron. Segundo año empezaba. Pronto cumpliría 14. No había nuevos compañeros, pero yo me había propuesto ser más sociable este año. El anterior era terriblemente antisocial y estaba dispuesta a cambiar eso. Ya no tenía mis ondas que tanto odiaba, mi pelo era lacio hasta la cintura, siempre marrón chocolate.
No me preocupaba por el colegio, no hacía nada, odiaba estudiar y así me fue. No desaprobaba Tutoría porque no podía. No prestaba atención. Así fue como iba pasando marzo y a mí seguían sin importarme mis notas.
Por otra parte, yo tenía un ídolo llamado Louis Harlem. Era muy conocido en mi país por sus videos de YouTube. Ese día estaba fijándome si había algún evento interesante en Facebook, y vi uno que se llamaba 'Spring Fest'. Asistiría Louis y el dj más conocido de Denver, Ian Greenglow. La entrada VIP costaba $200. Le avisé a Polly, que había vuelto a ser mi amiga porque en junio del año anterior se había peleado otra vez con Leila y empezó a hacer nuevas amigas, y ahí nos hablamos de nuevo. También la avisé a Sophie, y conseguimos todas el permiso y el dinero.
Luego de una larga corrida con Polly para conseguir una entrada, esperé una semana para que llegara aquel sábado.
Finalmente llegó ese día, 7 de abril. Polly me dijo que haría firmar su funda del celular por Louis, y yo pensé que podía hacer lo mismo. Mala idea.
Salí al centro comercial con mi mamá y Sophie al centro comercial para comprar la funda para mi BlackBery, el cual me habían regalado el mes pasado, cuando de repente mi padre me trajo una mala noticia.
-Oye, ¿tú lo conoces a Taylor McKlein?
Me tembló todo, traté de disimular, pero contener la sonrisa que me provocaba oír su nombre me resultaba imposible.
-Sí...¿porqué?-dije y noté que mi voz tenía un tono alegre y suave.
Mi papá soltó una risita.
-¿Mucho lo conoces?-dijo irónicamente.
Puse una cara de desprecio en broma.
-¿Porqué me preguntas eso?-dije en tono sospechoso.
-Su tío murió...
-¿Qué?-dije sorprendida.-¿Qué le pasó?-alcancé a decir sin ocultar mi cara de asombro.
-Hoy lo van a velar...No lo sé, creo que venía con una enfermedad hace tiempo y se le complicó.
Me di la vuelta y miré a Sophie sin todavía poder creerlo. Mi papá sabía esas cosas porque mis hermanos eran amigos de Taylor, además él conocía a su padre por algunas cuestiones de fútbol y no sé qué otras cosas.
Traté de olvidar el tema y nos fuimos de compras. Cuando pasamos por la tienda de celulares vi una funda blanca con orejitas de conejo y le dije a mi mamá que quería esa. Salía $100 y me la compró con su tarjeta de crédito. Partimos de ahí directamente a lo de Sophie, donde nos esperaba Polly.
Llegamos, despedí a mi mamá y me bajé del auto rápidamente para correr a arreglarme. Cuando estuvimos las tres listas nos fuimos.
Al llegar vimos una larga fila de chicas para entrar al salón, y Polly dijo:
-Mi compañera de Inglés está casi primera, vamos a colarnos con ella.
Cuando llegamos a donde estaba, se presentó como Lucy. Efectivamente pasamos muy rápido . El salón se dividía en dos partes, una para los VIP y otra general. Había luces de todos colores y música a alto volumen, pensé que sería una buena noche...
La fiesta comenzó luego de que nos tomamos fotos con Ian Greenglow. Él era quien mezclaba la música. Puso de todo, desde electrónica hasta canciones latinas. La estábamos pasando bien, Polly, Lucy y yo estábamos en la segunda fila detrás del escenario para cuando llegara Louis. Sophie se había apartado porque se sentía mal en ese ambiente y dijo que luego vendría. Cuando Louis llegó, sentí la avalancha de gente detrás mío, nos aplastaban, no veía nada así que subí la mano y grabé con mi teléfono.
Cuando la presentación terminó todas corrimos hacia el otro salón para tomarnos una foto con Louis.
Polly pasó mucho antes que yo y me dijo que no había tiempo para firmar la funda, así que guardé mi celular en el bolsillo trasero de mi pantalón.
Al fin había llegado mi turno, me tomaron la foto, le di mi carta a Louis y me fui. Busqué mi teléfono en mi bolsillo y no estaba. Me invadió una horrible sensación de desesperación. Miré al piso, a mis amigas, le dije al guardia de seguridad pero me contestó que debía esperar. Me lo habían sacado. Lloraba, me arrepentía de haber comprado esa funda, las orejitas hicieron demasiado fácil el trabajo del ladrón. Y mi estupidez también.
Mi amiga Polly me abrazó y me dijo que me tranquilizara. En verdad apreciaba mucho a mi amiga, me contenía en aquel momento tan desagradable. Le preguntamos al policía si podía hacer algo y nos dijo que buscáramos a la organizadora porque tenía dos celulares en la mano. Cuando la encontramos, dijo que ya no tenía ninguno porque sus dueños habían aparecido. Me decepcioné y resignada, me fui afuera con mis amigas. La madre de Polly vino a buscarnos, y en el camino yo iba pensando cómo haría para decirle a mi mamá que mi celular se había extraviado.
Finalmente llegamos, y mi mamá nos abrió y nos dijo que le contáramos cómo la habíamos pasado. Evité la cara de preocupación y conté lo bueno de la noche, todo iba bien, hasta que preguntó por mi teléfono...
La miré con cara de que había malas noticias.
-¿Qué pasó?-me dijo casi gritando.
-Me lo sacaron...-respondí.
Me gritó un buen rato y me dedicó varios insultos. Aunque ella pensara que me daban igual sus palabras, me lastimaba. Yo ya estaba mal y eso me hacía peor. La pérdida me hacía sentir insignificante, imbécil, y los gritos de mi madre solo empeoraban mi estado de ánimo.
Esa noche íbamos a dormir Polly, Sophie y yo en el living, pero no quise y me fui a mi habitación poniendo la excusa de que no había lugar para que mis amigas no supieran nada. Cerré la puerta y apagué la luz. Me acosté y hundí la cara en la almohada. Lloré mientras pensaba que todo había salido mal, y que no era un día para recordar, fue uno de los peores. Pensé en Taylor, en lo que le había pasado a su tío. Ahí creí que era afortunada, lo suyo era mucho más grave. No imagino que se sentiría perder a un ser querido. Me ponía mal saber que él había llorado seguramente y que estaba sufriendo. Quería abrazarlo y decirle que todo estaría bien. Hubiera dado todo por haberle tenido confianza para estar con él en ese momento. Ahí me aseguré de olvidar aquel día y todo lo que había pasado. Debía superarlo.

La Anónima.

martes, 21 de enero de 2014

Mine forever.-Capítulo 9

Había pasado un mes de que no lo veía. Casi. 2 de febrero. Tuve que irme con mis padres a Boston para el cumpleaños del marido de una compañera de trabajo de mi mamá. Viajamos en auto, e iríamos a parar a lo de una amiga de mi madre, llamada Noel.
Luego de la aburrida cena de cumpleaños, fuimos a lo de Noel. Yo dormiría en el cuarto de su hijo que estaba ausente, me incomodaba un poco, pero al menos tenía su notebook. Me tomé un té y empecé a entrar a las páginas web de siempre.Cuando fui a stalkear a Taylor, leí que su vecina decía: 'Escuche todas, aquí @taylormcklein1 está soltero, apúrense, no durará mucho' y él le respondía que solo a ella le importaba eso.
Hace poco le había mandado en ask una canción que me identificaba mucho con él, y una pregunta que decía '¿Estás de novio?'. Me fijé si había respondido. En la primera me preguntaba quién era y en la segunda leí una hermosa palabra para aquella situación: 'No.'
Puse una canción movida y empecé a bailar de manera estúpida para demostrar mi gran felicidad, grité un poco desde la ventana a la gente que pasaba por la calle a pesar de que eran las 2 de la mañana y luego me fui a dormir.
Al día siguiente volvimos a Denver. No podía esperar para contarles a mis amigas la noticia que me tenía tan contenta.
Duró poco. Demasiado poco, diría yo. A los tres días, cuando veía su ask, encontré una respuesta en la cual le preguntaban que prefería entre varias cosas y él respondió 'Cindy :)'.
Decía que su mundo se iba abajo sin ella. Qué verso. Me puse mal, no tanto como la primera vez, lloré poco, y me sentí una idiota. Habían vuelto, me hice ilusiones para nada.

La Anónima.


lunes, 20 de enero de 2014

Mine forever.-Capítulo 8

Había terminado diciembre, el año, habían pasado las fiestas. Era 2 de enero de 2013, estaba viendo cosas en Facebook, cuando vi una publicación de Halle Murray, diciendo que haría una fiesta este viernes en su casa para toda la promoción. Llamé a Sophie y arreglamos para ir.
Llegó el momento. Era 4 de enero. Me puse una remera musculosa blanca de modal con una estampa, una minifalda negra y sandalias altas color beige. Me maquillé un poco y me dejé el pelo suelto.
Cuando llegamos había pocas chicas, saludamos y nos quedamos paradas un rato. Empezaron a llegar más, entre ellos nos saludaron Kevin y Jason, el mejor amigo de Taylor, que iba a mi clase. Apagaron las luces y comenzó la música a sonar. De repente vi un cuatriciclo que llegaba con cuatro chicos arriba. Uno se bajó y vino para el garage, fue a hablar con Jason. Era él. McKlein. Le avisé a mi amiga y no le interesó mucho, como ya me lo esperaba. Luego, se subió al cuatri de nuevo y se fue. Me desilusioné, creí que iba a quedarse. Pero seguí bailando. Miré para la calle y me di cuenta de que estaban dando vueltas. Así estuvieron durante un rato, hasta que tres se bajaron y el otro se fue. Estaba Taylor, pero lamentablemente, su novia también. Estuvo caminando con ella y luego se fue a sentar con sus amigos. Le dije a mi amiga que nos acerquemos, y la muy idiota me dijo:
-¿Para qué?
-Porque hay más gente.-dije, inventando una excusa para estar cerca de él.
Llegamos y todos estaban ahí caminando, de repente él se fue con su novia al patio, pero duró poco tiempo porque vinieron a buscarla. Cuando se quedó solo, empezó su noche. En ausencia de Cindy, él tomaba, y lo peor de todo: fumaba. Asquerosidad. Maldito idiota. Tiene 15 años y se arruina la vida. Estaba algo aburrido, y Sophie fue a llamar a alguien para que nos busque. Mientras yo bailaba junto a una chica y Jason, se acercaron Taylor y su amigo Jim, y McKlein me dijo:
-Oye, ¿cómo te llamas?
-Amy-respondí sin poder creer que estaba hablándome.
-¿Amy cuánto?
-Ryans.
-No es-dijo Jim dándose la vuelta.
-¡Pero es igual!-repuso Taylor señalándome.
-Dice que eres igual a la chica que le gusta.-dijo Jim, pero mis oídos estaban mal. Seguro había dicho otra cosa y era mi imaginación. No distinguí bien porque estaba alejándose. No podía ser, además él tenía novia. De todas formas, le di el beneficio de la duda y me quedé temblando y tratando de ocultar mi cara de felicidad extrema. Sophie volvió y le conté todo detalladamente, pero se puso algo celosa y me dijo:
-No te puede haber dicho eso, escuchaste mal.
Igual yo pensaba lo mismo, era todo muy raro.
Luego bailamos en su ronda, y él estaba tan cerca mío...aquel perfume era riquísimo y me encantaba su forma de vestir. Cuando llegó mi mamá, me había arrepentido de llamarla. Me dejó quedarme un rato más, estuve con Jason y Taylor, y noté que ya era el tercer cigarrillo que este último fumaba, Jason le decía que ya pare y McKlein le respondía que ese sería el último. Odiaba que se hiciera el grande y maduro con ese insignificante tubo de papel con tabaco adentro que solo conseguía hacerle daño. Además a ninguna chica le gusta besar a un fumador, ni el humo que tira esa porquería.

La Anónima.

domingo, 19 de enero de 2014

Mine forever.-Capítulo 7

Cómo odiaba verlos juntos. Tomados de la mano. Nada que soportara menos que las estupideces de Cindy y McKlein. Idiotas. Que estuviera con ella no impediría que lo mirara. Le clavaba la mirada fija y cuando él alzaba la vista y me veía, se quedaba colgado por un segundo. Luego, seguía con lo suyo. De repente vino Danny junto a Sophie y me saludaron.
-Aww, Cindy y Taylor son tiernos juntos, ¿no crees?-dijo Sophie.
-Sí...-dije irónicamente, aunque ella no lo notó.
-¿De verdad aguantan a Cindy? Es una imbécil. Todo el día se la pasa tocándose el cabello y es muy creída. Ni que fuera linda-dijo Danny.
-Me cae bien-respondió Sophie.
-Es buena, algunas veces le hablé y es muy simpática. Y sí es linda, admítelo.-le dije.
Danny nos lanzó una mirada de odio a las dos. Era la verdad, aunque estuviera con Taylor y me dieran muchos celos, me caía muy bien.
La mañana de miércoles estaba fresca, me encontraba con Sophie en la baranda, justo al lado de la escalera. Mirábamos para abajo. De repente quise decirle algo, me di vuelta y me topé con McKlein. Estaba en frente mío y estoy segura de que si fuera una persona con impulsos lo hubiera besado. Me puse roja, pero me hice la tonta, me di vuelta y me fui hacia mi curso. Él tenía aspecto nervioso, y siguió su camino. Vi a mi amiga del otro lado de la galería, no se había dado cuenta, iba a matarla, aunque me había encantado ese momento y no podía negarlo.
Unos días después, Danny salió con nosotras y nos dijo:
-Me da asco la nariz de Jennifer Pauls. Vergüenza ajena.
-Nuestra relación no seguirá bien si sigues hablando así de la gente- le respondí.
Le contesté eso porque así como hablaba de los otros, también hablaría sobre nosotras con los demás. En el colegio todos decían que nadie la soportaba, que era falsa. Y los amigos hablan sobre uno, si te juntas con alguien que no es de fiar, pensarán que eres igual y no querrán acercarse a ti.
-Ay, solo fue un comentario.-dijo.
-Uno negativo y sobre alguien que nos agrada.-dijo Sophie.
Danny farfulló y no volvió a abrir la boca.
Esa misma tarde hablamos con Sophie sobre el tema y le dije:
-Creo que deberíamos comenzar a ignorarla.
-También yo. No le hablaré más el lunes, hay que evitarla.
Eso hicimos y jamás se nos volvió a acercar. Sentí alivio, sabía que no era la clase de persona con la que deseaba juntarme.
Quedaba una semana de clases, esperaba con ansias que terminen. Yo tendría que ir al período de recuperación y estaba rogando que si McKlein iba, estuviera solo.
Finalmente terminó aquella semana y comenzaron los recuperatorios.
El primer día, si estaba con ella, le eché una mirada, me la devolvió y bajé las escaleras temblando porque estaba muy cerca de él, y sonreí. Me hacía bien.
El martes, miércoles y jueves estuve con Abby, y me lo crucé mil veces, solo, para mi suerte. Se la pasaba más o menos todo el día recuperando, al parecer no estudiaba nada.
Pero lo mejor ocurrió el viernes. Yo tenía que rendir Física con la profesora Theresa Evans. Ella había aclarado que el horario sería a las 10:50 hs. pero yo no había prestado atención y fui a las 11:40. Por suerte, había otra chica igual que yo. Cuando entré al aula, vi a Taylor apoyado sobre el escritorio, rogándole a la profesora que lo apruebe. Hubiera rendido con él si no fuera por desatenta, pero luego me di cuenta de que fue mejor así. Agarré mi prueba y me senté para realizarla, lo más cerca posible de él, por supuesto. Mientras resolvía los problemas, escuchaba su voz suplicando:
-Por favor, profe, ¿cómo le digo a mi mamá? Mire que voy a llorar...
Pero no podía no reírme. Cualquier cosa ridícula o mínimamente graciosa que estuviera relacionada con él, me causaba risa. Terminé la evaluación y la entregué, era la última, y esperé una fila para que me corrigiera. Cuando se fueron todos, comenzó con mi prueba. Estaba con Taylor al lado, lo miré de reojo. La profesora nos ofreció galletas y los dos respondimos lo mismo: 'no, gracias'. Qué detalle más estúpido. Y lo recuerdo porque yo soy estúpida, él me pone estúpida. Porque él es un estúpido. Somos dos estúpidos. Luego de ignorar qué me decía al regañarme por mis errores, ya que estaba mirando a McKlein y pensando en ositos y corazones, me dio mi nota. 4. Igual que Taylor, aunque él rendía Química. Me resigné y me fui, él se quedó para seguir rogando. Me fui abajo con mis otros compañeros, y volví a subir por no sé qué. Él justo estaba saliendo del curso y quedó detrás mío, como si estuviera siguiéndome. Fue lindo. Me reuní abajo con otros chicos, y de repente oí que alguien gritaba su apellido. Me di vuelta violentamente como la chica de 'El exorcista' y él había volteado para mi lado. Estaba a unos metros y me avergoncé de lo obvia que había sido. Luego me fui a mi casa.

La Anónima.

sábado, 18 de enero de 2014

Con vos hasta el final-Capítulo 3

Su padre le prestó el coche y fuimos a un restaurante muy caro al parecer. Durante la cena hablamos mucho sobre la música y sobre cómo él podría ayudarme a salir adelante.
-La comida está espectacular-dije.
-La verdad que sí.
-Desde aquella última cena que preparó mi madre que no comía tan bien...
Me miró con tristeza, cómo si lamentara mucho mi pérdida. 
-¿Qué pasa?-le pregunté.
-No, nada.-dijo.
Luego de eso, subimos al auto y puse la radio. Empezamos a pasar las estaciones y no había nada bueno. Hasta que sonó una canción muy movida y comenzamos a bailar de formas estúpidas y hacer caras feas el uno al otro. Nos reímos mucho, demasiado diría yo. Paró el auto justo en frente de mi casa.
-Oye, ¿no quieres subir un rato?-le ofrecí.
-Claro.
Bajamos del auto y abrí la puerta de mi casa para que subamos. 
Cuando llegamos arriba, nos sentamos en la cama y nos quedamos callados.
-Bueno, un silencio incómodo...-dijo.
-Sí. ¿Qué hacemos?
-Espera, tengo una idea. Ya vengo.
Bajó, abrió su auto y volvió con algo en la mano. Una película. Y en la otra, una bolsa de pochoclos.
Sonreí y pregunté:
-¿Y eso de dónde salió?
-Secreto. 
Ay. Era demasiado. Después de lo que Zoe me había dicho sobre él, pensé que yo sería una más, pero me estaba gustando más de lo que deseaba, me estaba enamorando y mucho.
-¿Y de qué es la película?
-Pues, no sé, creo que es una de esas comedias románticas estúpidas de siempre.-dijo riendo.
La vimos, y efectivamente lo era, mientras al medio estaban los pochoclos y cuando nos aburríamos de ver hacíamos una guerra. ¿En qué momento me quedé dormida?
Al día siguiente me levanté acostada en mi cama y miré por la ventana. Su auto seguía ahí. ¿Qué había sucedido? 
Antes de darme vuelta, oí su voz:
-Te quedaste dormida. No quería irme sin despedirme. De todas formas si hubiera querido, no sabía dónde estaban las llaves de tu casa, y tampoco quería despertarte.
-¿Dónde has dormido?-fue lo primero que se me ocurrió preguntar.
-No importa.
-Sí importa, vamos, dime.
-Bueno, en el sillón, es bastante cómodo.
-No deberías haberme dejado dormir...Bueno, igual fue lindo de tu parte. ¿Cómo es que aparecí en mi cama?
-Yo te llevé, no te despertaste, se ve que tienes un sueño muy profundo.
-Me has llevado a mi cama, ¿y no me desperté?-dije pensando que era muy suave, realmente no tenía sueño pesado, para nada, mínimo ruido que oyera y ya me despertaba.
-Exactamente.
Me quedé sorprendida. Luego de un rato se fue a su casa. No podía esperar para llamar a Constanza. Lo hice. Justo antes de que me de el contestador, escuché su voz.
-¿Hola?
-Hola...
-¿Qué hay de nuevo?
-Mucho.
-Vamos, cuenta.
-Pues, conocí a alguien...De hecho ya lo conocía, pero da igual, lo conocí bien. 
-¡OH DIOS MÍO! ¡ESTÁS LIGANDO CON ALGUIEN!
-Shhh, Constanza, no grites.
-¿Quién es?
-Pues, creo que recordó mi escape fugaz de la otra noche, porque al día siguiente, Etchegoyen se presentó a mi trabajo y me encontró, me invitó a salir y ha dormido en mi casa por accidente.
-¿HAS PERDIDO LA VIRGINIDAD?
-¡No! Solo me quedé dormida y no pudo irse, no quiso despertarme.
-Ay, qué ternurita. Te habrá violado en sueños.
-Calla, tonta. Él es muy lindo, en verdad. 
-Dile a Zoe, ya mismo.
-Ahora la llamo.
Colgué, y de inmediato llamé a mi otra amiga.
-¡Emma!
-Hola Zoe.
-¿Qué pasa?
-Algo bastante bueno. 
-Vamos, dime, me intriga mucho saber.
-Mi táctica de correr vistosamente para no hablarle a un chico realmente funciona.
-JODER. ¿Estás saliendo con Etchegoyen?
-Que no, que solo vino a mi bar a la mañana y luego salimos...Y vino a mi casa y...me dormí y él no me despertó, y se quedó.
-¡No puedo creerlo! Es genial. Aunque espero que no te estés enamorando de él.
-Pues, a decir verdad...
-No Emma, no. Jamás en tu vida debes ilusionarte con él. Te hará creer especial en su vida y no es así. 
-A mí me pareció muy lindo y tierno. Además, creo que le gusto.
Una risotada de Zoe me aturdió.
-¿Gustarle? Ni hables de eso, es un egocéntrico, que solo piensa en él y no le interesa nadie, es solo ligar. ¿No lo entiendes?
-Las personas cambian.
-Saldrás herida. 
-En tan solo una hora me estuvo escuchando y me ayudó a animarme a algo que en tres años jamás se hubiera pasado por la mente, además tuvo gestos muy lindos conmigo.
-Así hace con todas. Eres una más, Emma, abre los ojos.
-Ya basta.-dije y le corté.
Me molestó mucho su actitud. Tal vez ella lo conocía de antes, pero no quise creerle. No iba a permitir que arruinara esto.

La semana siguiente, Zoe y yo estuvimos evitándonos e ignorándonos bastante. Mis otras amigas no se dieron cuenta, o quisieron pasarlo por alto, porque ni siquiera preguntaron qué nos ocurría. 
El viernes, me dirigía al baño de la universidad, pero me quedé parada antes de la puerta, porque escuché la voz de Zoe.
-...solo que ella se cree que le importa.
-Puede que sí.-reconocí la voz de Constanza.
-No. Ella no entiende que él no se enamora. Además no se fijaría en alguien como ella.
Sus palabras me dolieron. ¿Porqué no? ¿Acaso era tan mala elección?
-¿Porqué dices eso de ella? Es tu amiga. 
-Lo es, por eso no quiero que sufra con él. No vale la pena. 
-Déjala. Sabe lo que hace, tal vez te estés equivocando.
-¿Qué diablos les ocurre? ¿Acaso no entienden que ese no la quiere y nunca la querrá? ¿Porqué debería? ¿Qué tiene ella que no tenga otra? ¿Eh? Dime. Es igual a cualquiera de esas con las que se ha liado.
-No puedo creerlo, Zoe, me decepcionas.-dijo y oí sus pasos. Pero no me fui. Deseaba que me vieran. Mis ojos estaban llenos de lágrimas, jamás pensé que mi amiga diría eso.
Constanza me vio y dijo:
-Ay no, Emma. 
Y luego Zoe, que se quedó boquiabierta. En cuanto las vi, solo me di la vuelta y me fui caminando muy rápido y conteniendo el llanto.
-Emma, no quise...Yo solo...-decía Zoe a lo lejos.
Me fui caminando a casa, y por ahí, de repente sentí que alguien tomaba mi mano.
-Ey, ¿qué te pasa?-dijo.
Era Facundo. Verlo, tenerlo cerca, y todo eso, me hizo llorar más. Me abrazó contra su pecho y me dijo que me tranquilice. Nos sentamos en un banco y me preguntó una vez '¿qué te pasa?'
-Solo son problemas entre amigas.-dije entre sollozos.
-Pero...¿Al menos de qué se trata?
-Verás, es muy simple. Mi amiga, una de las que yo consideraba 'mejor amiga' dice que esa persona que me gusta solo juega conmigo porque eso hace con todas. Hasta ahí solo nos peleamos un poco, pero luego la oí en el baño con mi amiga más íntima, dijo que yo era igual que todas, que no me querría porque no tengo nada especial, y que él jamás se fijaría en mí porque soy como cualquiera de esas con las que ha ligado.
-Emma, tú tienes algo que 'cualquiera de esas con las que he ligado' no. Sabes, aquel día en la parada del autobús, cuando te quitaste los lentes, me reí, porque me gustaste, con ellos y sin ellos, tu actitud me hizo sonreír. Luego, en la fiesta, y finalmente en tu bar, cuando te conocí mejor y descubrí lo talentosa que eras, tu personalidad no se iguala a ninguna, ¿sabes? No eres una más. Te busqué. Y no pienso perder la oportunidad. En verdad me importas, nunca sentí algo parecido.
No podía creerlo, sabía que el era 'esa persona que me gusta'. Y había dicho todo eso, con su irresistible voz...En ese momento me tocó la cara y solo pude articular un '¿en serio?'
-Muy en serio-dijo secándome una lágrima.-
Entonces se acercó mucho a mí. 
-No debería...-dijo.-Es apresurado. Apenas nos conocemos y creo que...
-Sh.-dije y lo abracé por el cuello.
Y él me rodeó la cintura con sus brazos, y cada vez lo sentía más cerca, su perfume me invadía, y con la otra mano empecé a acariciar su cabello despeinado. Hasta que nos besamos. Y madre mía, era un experto.


La Anónima.