martes, 25 de febrero de 2014

Casualty-Capítulo 2

Nueva York, 13 de diciembre de 2007
Mackenzie dormía profundamente cuando la despertó su amigo Josh de una patada en la puerta. Tenía agarrado a Alexander de la remera.
-Este dice tener un trato contigo, ¿es verdad eso?-dijo Josh.
Ella se levantó de la cama de un salto y le hizo señas a Josh para que soltara a Alex.
-¿Qué clase de trato hay entre ustedes?-preguntó Josh bajando a Alexander.
-No importa, déjanos solos.-dijo Kenzie.
Josh abandonó la habitación haciendo una seña como diciéndoles 'cuidadito' a ambos. Mackenzie se dio vuelta, buscó algo en un cajón, sacó un fajo de billetes y se lo entregó a Alex.
-Disculpa que sea tan poco, pero es lo que tengo...-dijo ella.
-No importa, sé que te cuesta conseguirlo.
Ella se quedó en silencio un momento.
-Oye, ¿sabes algo?-le dijo Kenzie a Alex.-Deberías divertirte un poco...
-¿Divertirme? ¿Es que no soy lo suficientemente divertido?
-Mmm...No.-dijo Mackenzie riendo.-Así que vas a acompañarme a un lugar.
-¿Qué clase de lugar?
-Iremos a un parque de juegos.
Ella agarró de la mano a Alexander y lo arrastró hasta la puerta. De repente estaban en un colorido lugar lleno de juegos y entretenimientos. Mackenzie corrió hasta una mesa de metegol.
-¿Jugamos?-preguntó ella.
Alexander la siguió deprisa y cada uno se puso a un lado de la mesa para jugar. Kenzie hizo un gol a la primera, a lo que Alex la miró desafiante y en dos movimientos igualó la partida. Así siguieron un buen rato hasta que el juego finalizó con la siguiente puntuación:
Mackenzie: 9
Alexander: 10
-Gané.-dijo él.
-No me digas...-le respondió Kenzie con una mirada de indiferencia.-Vamos allá.-dijo señalando una máquina de peluches.
-¿Una máquina para agarrar peluches? ¿Qué clase de diversión es esa?
-No lo sé, simplemente pienso que sería divertido verte enojado porque no sacas ninguno.
-¿No saco ninguno? Dame una ficha.
Mackenzie le dio una moneda y él la introdujo en la máquina. Empezó a mover la palanca y el gancho atajó un osito mediano aterciopelado con la frase 'Te quiero' grabada en un corazón. El peluche cayó en las manos de Alex.
-Bueno, sí agarraste algo, pero igual da risa porque ese oso se te ve bastante gay.-dijo Mackenzie burlándose de él y riendo.
Él la miró con ironía y le lanzó el peluche, el cual ella atrapó con sus manos.
-Te lo regalo.-le dijo.
Mackenzie se quedó impresionada mirándolo. Ese osito era la clase de peluche que un novio le regala a su novia, no el que un desconocido le da a una desconocida que tiene una deuda con él.
Ella sonrió y se ruborizó, él hizo lo mismo.
-¿Te parece que vayamos a la parte de animales?-dijo Kenzie para evitar seguir sintiéndose incómoda.
-¿Hay una parte de animales?-dijo Alex extrañado.
-Sí que la hay. Sígueme.
Kenzie se dirigió hace una pecera gigante y apoyó sus manos en el vidrio de ésta. Luego empezó a ver su reflejo y a hacer caras raras en el cristal. Cuando se dio cuenta, Alexander estaba del otro lado haciendo lo mismo que ella. Rieron a la distancia. Después se encontraron en un puesto de golosinas. Mackenzie sacó una billetera toda rota de su pantalón de jean y la abrió, en lo que Alex vio que ella solo poseía dos dólares.
-Bueno...¿Algodón de azúcar, palomitas o garrapiñadas?-preguntó ella al ver el poco dinero que tenía disponible.
-Los tres y más.-le dijo él.
-Pero...¿qué?-dijo ella muy asombrada y vio que él ya estaba comprando cosas.
-Ten.-le dijo acercándole una bolsa llena de cosas dulces que ella amaba.
Mackenzie se fijó adentro de la bolsa y encontró un montón de caramelos, chocolates y todo lo que de niña nunca le habían comprado. Sonrió notoriamente y le dio un abrazo a Alexander, el cual le salió del alma, pero al darse cuenta de que era raro, lo soltó rápidamente.
-Lo siento.-dijo ella.
-No pasa nada.-le dijo él mientras sonreía.
-Y gracias, en serio.
-De nada, te lo mereces, al menos eso, por haberme hecho divertir como nunca antes.
Ellos se fueron de ahí al rato y mientras caminaban hablaban de cómo se habían conocido y del severo carácter de Mackenzie.
-Bueno...Hemos llegado.-dijo Mackenzie apoyándose en la puerta de su casa.
-Gracias por el paseo.
-De nada. Ya saldremos otra vez.
-Seguro, ansío ese día.
Kenzie se sintió muy rara, se sintió muy bien.
-Gracias por los dulces...Nunca nadie me...
-Shh, no fue nada, disfrútalos y no le convides a Josh.
Mackenzie rió.
-Entonces, ¿nos vemos otro día?-dijo ella.
-Por supuesto.
Alexander acercó sus labios a una de las mejillas de Mackenzie y le dio un cálido beso.
-Adiós Kenzie.-dijo y se dio la vuelta para irse.
Ella se quedó paralizada por un momento, pero luego gritó el nombre de Alexander y éste se dio vuelta.
-También te quiero.-dijo sonriendo mientras sostenía el osito que él le había regalado y luego se metió a la casa y desapareció.
Alexander siguió caminando mientras pensaba en ella y sonreía, por primera vez alguien le atraía de verdad...Sentía algo fuerte por Mackenzie y no podía negarlo.

La Anónima.



No hay comentarios:

Publicar un comentario