sábado, 1 de febrero de 2014

Amy's Disguise-Capítulo 2

Me desperté y Taylor no estaba a mi lado, así que me levanté para buscarlo. Lo encontré en la cocina y haciendo el desayuno.
-Déjalo, me toca a mí ahora.-le dije sonriente.
-No, quiero hacerlo yo, tú quédate ahí.-me dijo.
-Está bien, le pondré mermelada a las tostadas.-le respondí.
-Claro, eres una experta poniéndole queso a las pizzas, así que, ¿porqué no pasaría lo mismo con la mermelada en las tostadas?-dijo riendo.
-Malo, ya verás.-le dije.
-¿Ya veré?-dijo y se dio vuelta quedando justo en frente mío.
-Así es, tendrás tu merecido, McKlein, por burlarte de mi poca experiencia en la cocina.-le dije mirándolo fijo.
-¿Y cuál será mi merecido?-dijo acercándose cada vez más hacia mí.
-Pues...-dije sin poder terminar la frase porque me tomó por la cintura y me besó.
Luego se me dio por preguntarle algo.
-¿Me quieres?
-¿Que si te quiero? Eres una de las personas más importantes para mí, te amo y haría lo que sea por ti.
-Qué tierno eres.-dije y sonreí.
-¿Tú me quieres?
-Significas todo para mí, en verdad te amo, pero no me queda el papel de poeta como a ti.-le dije y se rió.
-Igual sé que no mientes, confío en ti.
-Ojalá esto no termine nunca.-le dije.
-No lo hará.-me respondió y me corrió un cabello de la cara.
Después se nos dio por hablar de los estudios por alguna razón desconocida.
-¿Ya elegiste la carrera que estudiarás?-le pregunté.
-Pues sí, estudiaré música, aunque suene a que no voy a triunfar y sea un muerto de hambre, no me importa lo que digan.
-Es bueno saber que no te dejas arruinar por lo que dicen los otros y que no reprimes tus sueños.
-Solo quiero trabajar de algo que me haga feliz.
-Además tienes talento y cualquiera puede triunfar si realmente se lo propone.
-Exactamente. A ti te queda un año para terminar el colegio, ¿pero ya has decidido que harás?
-Arquitectura.
-Lindo. Será fácil para ti, todo lo haces bien.
-Tampoco así, no exageres.-dije riendo.
-Pues para mí eres perfecta en todos tus sentidos.-me dijo y sonrió.
Lo besé yo esta vez a él inesperadamente.

Cada vez que nos preguntaban cuánto tiempo llevábamos juntos y les respondíamos que casi dos años, nos decían que se notaba que nos queríamos mucho como para aguantarnos tanto. Y era la realidad, no pensaba dejarlo ni él a mí, desde que cortamos por primera vez que no peleábamos. Nos gustaba hablar de lo nuestro, de vez en cuando él me mostraba canciones de su grupo favorito de música y yo a él del mío, cualquier cosa, mientras fuera juntos.
Finalmente llegó el día, 21 de diciembre de 2015. Se cumplía nuestro segundo aniversario, estaba muy feliz, y a la vez ansiosa por saber lo que nos esperaba hoy. Pero me desilusioné al despertar y no ver nada, ni un mensaje, ni llamadas perdidas, ni nada suyo. ¿Lo habría olvidado? Me fijé en su WhatsApp y, efectivamente, lo había olvidado, ya que su última conexión había sido a las 11:54 y eran las 12:06. Empecé a pensar que tal vez me estaba engañando para sorprenderme o algo así, pero no me convencía de nada. Di vueltas y vueltas tratando de encontrar una explicación y nada se me ocurría, solo que simplemente lo había olvidado, lo cual me dejaba bastante mal, así que no quería asegurarme. Seguí así hasta que a eso de las 9 de la noche me llegó un mensaje de Sophie que decía:
´VEN AL PARQUE´.
Para distraerme, decidí ir a ver qué quería y olvidarme de que mi novio no había recordado algo tan importante sobre nosotros dos.
Cuando llegué me sorprendí al ver que no había nadie, y estaba todo oscuro, excepto al lado del lago, donde había unas luces claras y unas velas anaranjadas que daban una hermosa iluminación junto a los patos y cisnes que nadaban allí. Me dirigí a ese lugar pero tampoco había nadie que diera señales de vida, hasta que sentí su cálida mano tomando la mía.
-Tranquila, jamás lo olvidaría.-dijo mientras me tocaba la cara con una de sus manos, su voz me inundaba de paz y tranquilidad.
-Sabía que no lo harías.-dije y lo besé mientras me colgaba de su cuello y él me abrazaba la cintura.
-Espero que te guste.-dijo y me tomó la mano llevándome a un lugar desconocido para mí.
Había una especie de bote en la orilla del lago, y nos subimos en el, Taylor tomó los remos y empezamos a avanzar por el agua. Sumergí mi mano en el lago y el agua estaba tibia.
-Me toca remar.-dije aproximándome a los remos.
-Si así lo quieres.-dijo y me dio los remos.
Empecé a remar y no costaba tanto. De repente vi que Taylor se veía raro, como preocupado.
-¿Qué pasa?-le pregunté.
-¿Porqué?-dijo disimulando.
-Pues, se te ve raro.
-No, no es nada.
-Te conozco, vamos, dime, soy tu novia y puedes confiar en mí.
-Lo sé, pero es que realmente nada malo sucede.-dijo sonriendo.
No quise insistir así que asentí con la cabeza y cambié de tema.
Sentí cuando chocamos contra la orilla y me reí. Nos bajamos del bote y nos tomamos de la mano. La luna llena brillaba esa noche y nos sentamos en el pasto junto a la laguna, me dormí apoyada en su hombro y cuando desperté seguíamos allí, pero estaba justo amaneciendo, así que lo desperté para que viera, y mientras mirábamos el sol salir, nos íbamos acercando el uno al otro hasta que nuestros labios se unieron en un solo beso.

La Anónima.


No hay comentarios:

Publicar un comentario