sábado, 22 de febrero de 2014

Mejores amigos-Capítulo 1

Alejo se levantó sobresaltado por los gritos de su madre y los golpes en la puerta de su habitación.
-¡Victoria ya llegó! ¡Vestite rápido y no hagás esperar a tu amiga!-gritaba su mamá.
-Ya voooy.-le devolvió el grito él mientras se ponía un jean que había encontrado tirado en el piso de alfombra.
Destapar el desodorante le costó una vida, y se sentía muy inútil, pero estaba trabado, demoró unos minutos hasta que lo logró, pero hasta eso, su madre, que odiaba la impuntualidad, ya había pateado la puerta para gritarle que se apure un poco más de cerca.
-¡Dale!-decía ella, que se llamaba Hortensia.
Mientras veía lo inservible que era su hijo para ponerle los cordones a unas zapatillas negras, se le ocurrió decirle su frase célebre.
-¡17 años al pedo!-al mismo tiempo que agarraba una de las zapatillas para colocarle las trenzas.
-Gracias, creo.-dijo él, avergonzado, probablemente Victoria había oído todo desde la sala de abajo.
-No soy yo la que demora tres años para bajar y atender a su mejor amiga.-dijo Hortensia.
Alejo odiaba como resonaban esas palabras en sus oídos. 'Mejor amiga'. Él quería mucho a Victoria, y no exactamente como su mejor amiga, pero sabía que para ella, él era como su hermano. Alejo bajó las escaleras en cuanto estuvo listo. Victoria y él no se veían desde hacía un mes, ya que ella había salido de vacaciones.
-¡Ey!-gritó ella alegrada de verlo y corrió a sus brazos que la esperaban abiertos.
En ese abrazo, él se dejó llevar por sus sentidos, inundándose en aquel perfume increíblemente dulce que su mejor amiga siempre llevaba. Se lo sabía de memoria.
-Te extrané.-le dijo Alejo apenas se soltaron.
-Y yo a vos, tonto, te tengo que contar un montón de cosas, pero tendrías que ir a dar unas vueltas, sabés que...
-Que no podés hablar mucho estando quieta.-completó la frase Alejo, que conocía mejor que nadie a Victoria.
Ella agarró a su amigo de la mano y abrió la puerta, se despidió y dejaron la casa atrás. Victoria estaba perdidamente enamorada de un chico de su curso, que se llamaba Martín, rubio, alto, ojos celestes y buen físico, todo lo contrario a Alejo, que era un lindo chico, pero no esa clase de hombre que llama la atención de toda mujer.
-Bueno, primero tendría que contarte todo lo que me pasó en la playa. Estuve tratando de broncearme cada día y no pude, pero conocí a un chico que casi fue mi amor de verano, aunque al final me dejó plantada el pelotudo...
Más que el mejor amigo de Victoria, Alejo era el amigo gay de Victoria, o por lo menos así lo sentía él. Le preguntaba sobre vestidos y zapatos como si él tuviera la más mínima idea sobre eso, le contaba sobre chicos que le parecían lindos como si él también tuviera que dar su opinión sobre el físico de ellos, e innumerables cosas más.
Victoria estuvo contando sobre sus vacaciones durante unas dos horas, mientras Alejo pensaba en cualquier cosa menos en lo que ella le estaba diciendo, porque, era su mejor amiga, pero lo que contaba realmente no le interesaba, eran puras cosas de chicas.
-¿Y sabés qué flores me regaló el estúpido? ¡Hortensias! Ay, disculpá que sea el nombre de tu mamá, ¿no? Pero soy alérgica a esas flores, y el boludo este me regala, qué poco me escuchan cuando hablo.-concluía Victoria con su relato de la playa.
Alejo se sintió tocado con el comentario final.
-Sí, debería haberlo sabido.-dijo él ingenuamente.
-Alejo, si algún día uno de tus amigos quiere conmigo, más le vale que me regale pensamientos o algo así, pero todo menos hortensias.
A Alejo le dolía saber que ella no se daba cuenta de lo que él sentía. Cualquier persona en el mundo tenía más chances con Victoria que él, pero no quería arriesgar una amistad de siete años por lo que sentía su corazón idiota.
-Sí, Vicky, sí.-dijo él expresando cansancio.
-Bueno...¿Qué decís si..?.-dijo ella insinuándole algo a su amigo con la mirada cómplice.
-No voy a ir al shopping a ver bikinis otra vez.-dijo Alejo poniendo los ojos en blanco.
-Ay Alejooo. No vamos a ver bikinis. Si querés te compro una zunga.-dijo Victoria riéndose.
-¡No quiero una zunga!-dijo Alejo mientras se reía.-Voy nada más porque...-quiso terminar la frase pero ella no lo dejó.
-Porque soy tu mejor amiga y me amás.-terminó la frase Victoria.
Él sonrió falsamente. Sí, la amaba, pero...¿como su mejor amiga?
De camino al shopping, ella le recordó a Alejo que su cumpleaños sería en una semana. Él sí que se acordaba.
-¿Qué me vas a regalar?-preguntó Victoria intrigada.
-No sé, un sorete.-dijo él en broma.
-Qué lindo, Alejo, siempre tan detallista.-le dijo ella entrecerrando los ojos expresando ironía.
-No, mentira, ¿qué querés que te regale?
-Mmm...Que sea sorpresa.
-Bueno...Tengo una idea.
-¿Cuál?
-Vamos a mi casa, pedimos una pizza, un kilo de helado y vemos películas o algo así.
-¡Ay sí! Te amo amigo.
Dolor, puro dolor. Friendzone total. Pero él solo sonrío y le dijo que él la amaba mucho más, y realmente lo hacía. La amaba más que a nadie, desde que la conoció en aquel 2005 que se dio cuenta de que ella le gustaba, y mucho.
-Bueno, vamos entonces.-dijo ella abrazando a su amigo, lo que a él le provocaba un sentimiento muy profundo e incómodo, no podía controlar sus ganas de darle un beso, de decirle lo que sentía por ella.
Mientras caminaban hasta la casa de Alejo, ella le contaba de su futura fiesta de cumpleaños, que sería el sábado siguiente.
-Bien, además de la promoción, ¿a quién decís que debería invitar?
-No sé...Una duda. ¿Vas a invitar a Martín?
-Sí, obvio, a ver si me acepta una salida, a ver si nos besamos, ¡a ver si nos ponemos de novios! ¿Porqué la pregunta?
-No, nada, quería saber...
Martín, aquel rubio que a Victoria tanto le gustaba. Él...era un pelotudo. Jugaba con las chicas, las ilusionaba y luego las dejaba. Millonario, lindo, ambicioso, mujeriego, pero conquistaba a todas con una simple sonrisa, y en el último tiempo estaba teniendo un poco de onda con Victoria, quien caía muerta a sus pies con un simple 'hola' proveniente de su boca. Alejo era de clase media, bastante lindo, pero como ya dijimos anteriormente, no era de esos que todas miraban. Apenas había tenido una novia en toda su vida, le había durado 4 meses y había sido a la edad de 15 años, mientras que Victoria ya había pasado por al menos seis relaciones de 6 meses como poco, y contando desde los 12.
-Volviendo al tema...Estaba pensando en que tengo una cita para vos ese día...-dijo Victoria.
-Victoria, yo...
-No, vos nada. Alicia es perfecta para vos, rubia, divina, amorosa, te va a encantar.
Alejo se resignó y sacó las llaves de su bolsillo para abrir la puerta. Luego entraron y Vicky se tiró al sillón mientras que él agarró el teléfono para llamar al delivery de pizza.
-¿La de siempre?-preguntó Alejo mientras oía el timbre de espera en el teléfono.
-La de siempre.-le respondió ella.
Luego de pedir la comida y que se la trajeran, dejó la caja en la mesa del living, puso una película que tenía arriba de su DVD y fue a sentarse con su amiga. Era una comedia. Ellos reían, de repente ella apoyó su cabeza sobre el hombro de Alejo, y él la abrazó. Ella lo miró y sonrió, él hizo lo mismo.
-Te quiero.-dijo él.
Ella dormía profundamente. Él le dio un beso en la sien, apagó las luces y el tele, la tapó con una colcha y la dejó durmiendo en el sillón, antes de irse la miró un buen rato y acarició su cabello. Finalmente subió a su cuarto y se puso su pijama, se metió en la cama y apagó el velador. Se quedó pensando toda la noche en su condición de 'mejor amigo' y se lamentó de haberse enamorado de una manera no correspondida. No quería separarse de Victoria, pero ya no aguantaba más sin demostrarle lo que sentía.

La Anónima.



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