jueves, 3 de abril de 2014

What the heart really feels-Capítulo 4

-Insuperable día.-me dijo Sophie luego de golpear repetidas veces en mi puerta y al tiempo que le abrí.
-La verdad que sí, no puede haber algo mejor.-aseguré.-Mira,-dije señalando la bolsa que había sobre la mesa del comedor.-compré galletitas, como dijiste.
-¡Genial! Vamos a la ventana y gritemos.
-Creo que no te dije que...
Sophie hizo un gesto de disgusto esperando a lo que yo le tenía que decir.
-Habla.-amenazó.
-Pues, olvidé que vendría Taylor y...
-Claro, ahora vas a cambiarme por tu ex y actual novio, marido, acosador, etc. Pero bueno, no importa, así quedamos...-dijo haciendo un ademán de desprecio con las manos.
Me reí, siempre bromeábamos con eso.
-¡Sophie!-le dije.
-Me llevo las galletas. Chau.-agarró la bolsa y se dirigió rápido hacia la puerta, pero me interpuse bloqueándola.
-No. Deja las galletas sobre la mesa. Taylor vendrá por la noche, mientras podemos quedarnos aquí y...
-¡Prometiste una noche increíble! ¿Con quién pasaré esa noche yo? ¿Con tu televisor mientras tú y Taylor rompen la cama?
Le pegué en broma.
-¡Sophie! ¡Cállate! No vamos a hacer eso.
-Porque estaré yo.
-No dije que tenías que quedarte. Puede venir y cenar conmigo, pero yo ir luego contigo, más tarde, ¿entiendes?
-Claro, a las 4 de la mañana.
Puse los ojos en blanco.
-Sophie, no lo tengo conmigo hace 6 años. Quiero estar con él, un rato, ¿puedes comprender?
Mi amiga hizo un gesto de que estaba conmovida y sonrió.
-Qué tierna. No sé cómo aguantas, empalagas.
Me reí.
-Cállate. Si me esperas hasta la 1 le diré a Taylor que cada vez que nos juntemos traiga a Mitchell.
-Puedo sola.-dijo orgullosa.
La miré desafiante.
-Está bien, no. Ayúdame.
-Lo haré.-dije y me reí.
Fui a la cocina a preparar té y Sophie me siguió.
-Volví a ver a Lexy y Lila.-comentó.
-¿Si? ¿Y cómo están?-pregunté.
-Pues, bien. Las he extrañado...Aún recuerdo cuando nos peleamos por culpa de Danny. Y hay una chica nueva, se llama Kristine.
-Qué bueno.-dije mientras mezclaba el azúcar con el té.-¿Y crees que volveremos a ser amigas?
-Podría ser. Es una buena idea.
-Quizás quieran venir esta noche.
-Les avisaré.
Serví las tazas de té sobre la mesa y abrí la bolsa de galletas, pero para mi sopresa no había ninguna.
-Sophie...¡te comiste todo!
Mi amiga sonrió con la boca llena de migajas que la delataban aún más.
-Dios...-dije agarrándome la frente.
-Venga, solo eran unas cuantas...
-Unas cuantas, sí. ¡No comí ni una! Ya verás.
-¿Ya podemos ir a la ventana?-preguntó ansiosa por cambiar de tema.
-Sí...-le dije con aire cansado.
Corrió hasta el sillón que había del lado interior de mi ventana y se sentó. La oí gritar un piropo grosero, como los de albañiles, luego se ocultó como una niña de 7 años y soltó una carcajada.
-Pobre señora...-dijo después.
-A ver, yo también quiero hacerlo.-dije levantándome de la mesa.
Cuando fui a querer gritarle alguna estupidez a algún desconocido, divisé el auto de Taylor justo en la vereda del frente.
-Dijo que estaría aquí a las 8...-articulé y miré mi muñeca para comprobar la hora, pero no tenía puesto mi reloj.
-¿De verdad? Son las 8 en punto, idiota.-dijo Sophie.-¿Qué quieres que haga? ¿Que salte por la ventana?
-No...
-Entonces piropearé a Taylor.
-¡No!
-Bueno...Entonces que suba y me quedo observándolos.
-Ya basta de opciones absurdas, Sophie. Lo haré pasar y tú dirás con cortesía: 'Oh, debo dejarlos solos. ¡Adiós!'.
-Ni que fuera una obra de teatro como para que me des diálogos, Amy. Conozco a Taylor y sé bien qué decir.
El timbre sonando me sobresaltó.
-Ahí está.-dije sonriendo.
Caminé hasta la puerta y abrí...Definitivamente ese no era Taylor. En la sombra que formaba su boina marrón café, apenas se notaba el contorno de los profundos ojos oscuros de aquel hombre. Debajo de ellos tenía ojeras de tono violáceo, una nariz puntiaguda y finos labios.
-Amy Ryans...-dijo el hombre con una perversa sonrisa en su boca.
-¿Quién es usted?-pregunté titubeando.
-No creo que eso le importe cuando le diga por qué he venido.
-No hay tiempo, dígame de una vez.
-¿Es usted la novia de Taylor McKlein?
Mi corazón se aceleró al oír ese nombre ser pronunciado por aquel señor.
-Sí, ¿qué pasa con él?-pregunté asustada.
La mano de Sophie en mi hombro hizo que soltara un grito, estaba demasiado tensa y cualquier mínimo movimiento hacía que me alterara.
-¿Qué sucede?-me dijo antes de ver al hombre. Luego hizo una mueca de desconocimiento.
-Ve adentro. Luego te explico.
Sophie desapareció en el interior de mi casa.
-Dígame, ¡¿qué pasó con Taylor?!
-Ay, joven...¿Es que no se ha enterado?
Mi paciencia se acababa.
-¿Puede decirme qué está tramando de una vez?
-Su novio ya no está. Ha muerto.

La Anónima.




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