jueves, 22 de mayo de 2014

La ex-Capítulo 4

Clandestino
-¿Me vas a explicar que fue lo del viernes o no?-exclamó Jackie una vez más en tono enojado.
-¡Ya te lo he dicho mil veces! Nos conocíamos de antes y siempre nos odiábamos, punto.-le respondió Adeline.
-No te creo. Hasta que no me digas la verdad no pienso hablarte.-dijo Jackie y se alejó de su amiga.
-¡Jackie!-le gritó Dely.-Ay dios...-murmuró.
Adeline quiso perseguir a su amiga, pero inesperadamente fue tomada por el brazo y un aroma muy particular la abrumó.
-Hola Adeline.-era Chase.
-Chase, ahora no es momento...
-Nunca es momento para ti. La otra noche me dejaste muy rápido, ¿podríamos hablar?
-¿De qué? ¡Tengo cosas que arreglar!-chilló exaltada.
-Cálmate.
Chase se estaba tornando pesado para la chica, sobre todo porque no estaba interesada en lo más mínimo en él.
-No voy a calmarme, no somos nada y no tenemos porqué hablar, es algo que quiero que quede claro, ¿si? Ahora, si me dejas, iré a terminar de hacer lo que debo.
El joven no entendía las exasperadas reacciones de Adeline, pero se había sentido rechazado y no le gustaba ese papel, no era lo común para él.

-Te perseguí por todos lados.-le dijo Adeline a Jackie cuando la tuvo en frente.
-Y yo te dije que no te hablaría hasta que me dijeras la verdad.
-Y ya te la he dicho, no sé qué pretendes.
-Mira, Adeline, sea lo que sea lo que me ocultes, cuanto más tiempo esperes para decírmelo, más tiempo pasara para que te perdone. Suéltalo de una vez, ¿quieres?-amagó Jackie.
-Está bien. Voy a decírtelo, pero debes jurarme que no vas a dejar de ser mi amiga por eso.
-No voy a jurarte algo que no sé si podré cumplir. Solo dime lo que pasa entre ustedes dos. Ahora.
-Bueno...Lo que sucede es que, en mi antigua escuela de St. Smith, fue donde conocí a Drake. Él y yo éramos amigos...y...pues ya, es mi ex.
A Jackie se le desfiguró el rostro al instante que escuchó esas palabras salir de la boca de su amiga.
-¿Q-qué?-tartamudeó.
-Sabía que no iba a gustarte. No puedo cambiar mi pasado, aunque seguro lo haría.
-No puede ser.
-Sí, lo es.
-¡No! Adeline, ¿por qué no me lo dijiste antes?
-¿En qué momento? Nunca me imaginé que él sería tu novio.
-No, antes de esto, apenas te lo pregunté. No sé porqué no lo hiciste, ahora no puedo confiar en ti. Si me lo has ocultado todos estos días es porque sigue pasando algo entre ustedes, ¿verdad? ¡Sabía que no tenía que acercarme a ti!
-¿Puedes dejar de exagerar tan solo un minuto? ¡No lo hice porque no tenía idea de cómo te caería esa noticia! Él y yo no nos soportamos, entiéndelo de una vez.
-Me tomaré un tiempo para asimilarlo. Mientras, no quiero verte a ti, ni a él.
La puerta del instituto se cerró detrás de Jackie y el aire proveniente del exterior levantó el cabello de Adeline. La chica miró al suelo, pero a los pocos segundos el portón volvió a abrirse y alguien asomó, por lo que alzó la vista. Drake. Observó a Dely con atención y luego, como si nada hubiera sucedido hace unos días, le dirigió la palabra.
-¿No has visto a Jackie?
-Hola, ¿no?-respondió con un dejo de furia en las palabras.-Sí, acaba de irse. No quiere verte.
Drake frunció el entrecejo.
-¿Por qué?-dijo al fin.
-Porque ya sabe la verdad.
-¿Qué?
-Tuve que decírselo, no quería creerme otras cosas y me amenazó con no hablarme nunca más. Al final se enojó contigo y conmigo, y dice que no quiere vernos.
-¿Por qué aquí? ¿Justo aquí tenías que venir?-la culpó él.
-Claro, ahora yo soy la causante. Para el caso yo podría decir, ¿por qué ella? ¿Justo a ella la tenías que elegir? Imbécil, siempre fuiste un imbécil.
-La amo, Adeline, por eso la elegí. Si ha sido tu error, ¿cómo se te ocurre golpearme y perseguirme por todo el salón?
Adeline digirió aquellas palabras: "la amo", antes de responder, porque apenas él las pronunció, ella sintió una intensa punzada en el pecho.
-Fue involuntario, es normal en mí querer atizar a los que odio.-contestó Dely.
-Ah, y ahora me odias.
-Sí, lo hago desde hace tiempo, ve enterándote.
-No lo creo. Es más, lo dudo muchísimo.
-No te pienses tan importante.
-No me pienses tanto.
Ella lo miró a los ojos y se quedó en silencio. Sabía que él decía lo evidente: jamás dejaba de pensarlo. Finalmente, liberó una risa sarcástica.
-¿Que no te piense tanto? Eso es lo que tú quisieras...
Sobrecargada de nervios y en un intento de apartarse de allí, Adeline dio un paso en falso sobre el resbaloso piso y casi cae al suelo, pero Drake la sujetó a tiempo, aunque quedaron muy cerca el uno del otro.
-¿Estás bien?-preguntó él.
-Sí, casi me caigo y me has atrapado, ¡guau!-dijo ella con ironía.
-Adeline...
Mientras ella tanteaba un espacio para escapar de la situación, no se dio cuenta de que cada vez se aproximaba más a él.
-Mira Drake, no sé que pretendes con esto, pero...
Por alguna razón, sus labios se unieron en un beso junto a sus manos que se entrelazaron perfectamente, y ninguno de los dos se resistió. Luego se soltaron, Drake la estrechó más contra su cuerpo y ella le rodeó la cintura con sus brazos.
Un molesto sonido los hizo parar, y fue ahí cuando sus miradas se cruzaron, extrañadas, con ojos culpables y apesadumbrados, aunque por dentro solo deseaban que se pudiera detener el tiempo para no dejarse nunca más.
-Me voy.-dijo ella y se alejó avergonzada.
Él quiso contenerla, pero no logró nada y se dio por vencido, quedándose pensativo y sin saber qué hacer. Acabó yéndose de allí, sin poder dejar de preguntarse si lo que había pasado era real o no.

La Anónima.




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